Las consecuencias del temporal

Los vecinos desalojados denuncian el abandono de las instituciones

  • El comité asesor del plan de emergencias, coordinado por la Junta de Andalucía, declara las parcelas del Aeropuerto zona evacuable casi 48 horas después de que se produzcan las primeras inundaciones

"Estamos completamente abandonados". El portavoz de la Asociación de Vecinos Fontanar de Quintos, Francisco Durán, resumió ayer con esta frase el sentir de las 180 de familias desalojadas en las parcelaciones próximas al Aeropuerto. Algunos pasaron la noche al raso o durmieron en sus vehículos después de ser evacuados, y ayer a mediodía aún desconocían que el Ayuntamiento había habilitado plazas en residencias de mayores y en el pabellón deportivo de Las Margaritas. La descoordinación y la improvisación también se dejaron notar en la barriada periférica de Alcolea -donde los residentes expresaron numerosas quejas-, y algo menos en Majaneque, donde la mayoría de viviendas se utiliza como segunda residencia, y Encinarejo, donde el Ayuntamiento pedáneo abrió toda la noche para asistir a los damnificados.

La falta de información fue una denuncia unánime: "La gente no sabía adónde acudir cuando los echaron de las casas. Por aquí no ha venido nadie para decirnos qué protocolo seguir", dijo el portavoz de los vecinos. El propio Durán, también damnificado, pasó la noche en vela asistiendo a otros vecinos durante los desalojos, que se improvisaron por la madrugada conforme el nivel del río subía. Él tuvo que dejar su casa a las 05:00 y otros, como Manuel Morales, mucho antes. A las 02:30, la Policía llegó a la calle La Clavellina con un megáfono que se impuso al ruido de la corriente.

"Gritaron que teníamos que abandonar las viviendas, que no se podía esperar más", dijo el propietario. La familia pasó la noche al raso, sin recibir ninguna propuesta: "No nos dijeron adónde podíamos ir ni nos dieron tiempo para recoger nada. Salimos con lo puesto". El testimonio de este vecino no es un caso aislado: las críticas a la improvisación y a la falta de información se repiten en multitud de declaraciones. "Cuando anoche llegó la Policía a decirnos que nos fuéramos, ya no se podía pasar y el agua nos llegaba por las rodillas. Subimos a la buhardilla la televisión, la radio, los ordenadores, cuatro cosillas...", relató Rafaela Luque, residente en el número 2 de la calle Campanillas.

"No pedimos ni necesitamos que el alcalde esté aquí las 24 horas, pero es imprescindible la presencia de alguna persona del Ayuntamiento que al menos ofrezca información", reclamó el portavoz de los residentes. El Consistorio reaccionó por la tarde y anunció la apertura de un punto de información municipal para los afectados en un despacho del Aeropuerto hoy a las 08:00, "donde podrán informarse todos aquellas personas que necesiten de algunos de los servicios que ha puesto a disposición de la ciudadanía el Ayuntamiento".

El comité asesor del plan de emergencias por inundaciones también decidió ayer, casi 48 horas más tarde de los primeros desalojos, declarar zonas evacuables los núcleos de Majaneque, La Forja, Cortijo del Rubio, Fontanar de Quintos y la Altea-Guadalvalle, "con el objetivo de garantizar y velar por la seguridad de las personas y los bienes de las viviendas". Fuentes de la Junta de Andalucía explicaron que la declaración implica la prohibición total de la circulación de personas por estas zonas, donde hay 250 viviendas dañadas. Las mismas fuentes defendieron el protocolo de actuación seguido ya que, según se determina en el plan, la fase 2 de emergencia no se declara hasta que "las inundaciones superan la capacidad de atención y los medios y recursos locales". Antes de que se declarara esta situación, a las 10:45 del martes, no se activó ningún plan ni fase de alerta, salvo un aviso a los ayuntamientos.

Tras la escasísima presencia de seguridad pública del martes por la mañana, un notable despliegue de agentes de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía vigiló las parcelas próximas al Aeropuerto durante todo el día. Las patrullas acordonaron el barrio, que fue inaccesible desde la calle Buganvilla. Y a las 12:00, debido a una bajada del caudal, se permitió que un grupo de vecinos de las casas menos dañadas entrara para recoger objetos personales. A partir de ese momento, cuando los residentes comprobaron los destrozos, la situación se volvió más tensa.

"Estaba muy orgulloso de pertenecer al Consejo de Distrito de El Higuerón, pero he sentido que nos han ignorado", dijo el presidente de la Asociación de Vecinos de la Altea, Julio Cortés. "Hemos estado con el agua al cuello. Hay animales muertos, casas totalmente inundadas que no se van a poder recuperar...", contó Cortés, quien dijo que "deberían tomarse responsabilidades políticas por abrir todos los embalses del tirón".

Los damnificados empezaron a movilizarse ayer mismo e improvisaron por la tarde una asamblea a la que acudieron medio centenar de personas. Uno de los participantes, Juan Albalá, avanzó que la intención de los evacuados es que las administraciones públicas declaren zona catastrófica y habiliten las mismas ayudas y similares recursos que los previstos para las anegaciones de Jerez de la Frontera: "No queremos ser más que nadie, pero tampoco menos. Y los problemas son muy parecidos", dijo. Además, otros particulares pusieron la situación en manos de letrados para preparar denuncias.

En la barriada periférica de Alcolea la situación fue similar. "Esta calle está olvidada por el Ayuntamiento, no existimos", lamentó Amalia Marín, una vecina que se mostró "indignada" por la gestión de las administraciones. "Aquí han venido a hacerse la foto", aseguró también Juan Hidalgo, quien criticó la "falta de información que hemos tenido los vecinos, no hay derecho". "Aquí nadie dice nada y hasta que no han visto el agua al cuello no nos han dicho que nos fuéramos". "Ha sido un error suyo. Esto se podría haber evitado", insistió Andrés Guerrero, quien pasó la noche sentado en una silla.

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