Córdoba

Ocaña afirma que ésta "es una lección que tenemos que aprender todos"

  • El alcalde señala que las parcelas inundadas en las inmediaciones del aeropuerto están construidas en una zona contemplada en el PGOU como inundable, razón por la que no pueden ser regularizadas

Además de los dramas personales que ha dejado el desbordamiento del Guadalquivir y de la espectacularidad de las imágenes que este fenómeno ha provocado, para el alcalde, Andrés Ocaña, la situación que vive Córdoba desde hace un par de días es "una lección que debemos aprender todos". Nada de lo sucedido ha sido inesperado en opinión del regidor, por que "lo que ha ocurrido debe servirnos como llamada de atención", porque "el agua es muy tozuda y donde tiene que estar, estará".

De este modo, el alcalde ponía el dedo en la herida abierta por la situación de las numerosas parcelas construidas en los últimos años en la vega del Guadalquivir y que ahora se encuentran sumergidas en el agua. "El mapa de inundabilidad es muy claro y está en el PGOU", señaló. Por esto, el regidor informó de que no se ha anegado nada que no estuviera previsto en esta normativa urbanística.

Ocaña indicó que las parcelas afectadas en el entorno del aeropuerto están construidas "en zona inundable y esta circunstancia impide su regularización", por lo que descartó que pueda cambiar su situación actual. El alcalde evitó hablar en ningún momento de ayudas para la rehabilitación de las viviendas afectadas, dado su situación legal. En cambio, sí dijo que espera que al ser una situación extraordinaria se arbitren medidas por parte de las administraciones para ayudar "por la pérdida de enseres".

El alcalde distinguió entre la inundación de viviendas y la de infraestructuras, como es el caso de la pista del aeropuerto. Indicó que la normativa distingue entre ambos casos, prohibiendo la construcción en el primer caso. Además, comentó la zona anegada del aeródromo corresponde "a la zona de seguridad".

Sobre el desarrollo de los acontecimientos, el alcalde indicó que el Ayuntamiento está vigilando el cauce del río desde hace dos meses ante la previsión de que se desbordase. A todo esto se suma que la Agencia Andaluza del Agua "ha informado de cada desembalse". Ante la subida del nivel del Guadalquivir, el Consistorio activó el plan de emergencia a primera hora de la mañana del martes, sobre todo en las zonas donde existe la previsión de inundación, como es el caso del entorno de Alcolea y el del aeropuerto.

En la barriada periférica se actuó en la calle la Barca, donde entró el agua al quedar el nivel del río por encima de la cota del arroyo Guadalbarbo, así como en las parcelaciones de Ribera Baja y Las Cigüeñas. En las inmediaciones del aeródromo, las zonas más afectadas fueron La Altea y Fontanar de Quintos. A estos puntos se sumaron en la madrugada del miércoles inundaciones en La Forja y Majaneque, así como en la parcelación La Atalayuela, de Torres Cabrera, por desbordamiento del Guadajoz.

Ocaña expuso que diversos servicios municipales se pusieron desde el primer momento en marcha para alertar a los vecinos del riesgo que corrían sus viviendas, así como para atenderlos en sus necesidades y garantizar la seguridad de las casas una vez quedaban abandonadas.

En la noche del martes al miércoles, la Policía Local desplegó en las zonas afectadas 22 patrullas, con un total de 44 agentes, así como dos unidades de bomberos y el equipo de emergencias de Protección Civil. A todo ello se sumó también la presencia de miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.

En la capital no se han registrado daños de importancia más allá de la inundación de la parte baja del Parque de Miraflores y de las márgenes más inmediatas del río. Como medida preventiva se estableció un dispositivo en la parte trasera de La Torrecilla, donde finalmente no hubo daños, y se desalojó el Centro de Control Animal de Sadeco en Casillas.

El Ayuntamiento tiene controlado el curso de las aguas de forma permanente. El regidor señaló que el objetivo es comprobar los objetos que arrastra la crecida para que éstos, fundamentalmente troncos de árboles, no obstruyan los puentes. En este caso, los Bomberos se encargarían de su retirada.

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