Semana Santa

Día de palmas y helicóptero

  • Sólo dos elementos alteraron levemente el desarrollo de una jornada que se caracterizó por el buen tiempo y el desarrollo sin contratiempos de las procesiones, pese a el cambio de recorrido de dos cofradías

EL día de ayer fue de catálogo, hecho a medida. Un Domingo de Ramos de toda la vida: luminoso, bullicioso, cálido. La tranquilidad que dan las calles peatonalizadas temporalmente por las procesiones hizo que fueran tomadas por familias y pandillas ávidas de disfrutar de una jornada muy singular.

Fue un Domingo de Ramos como siempre se ha imaginado, con las sensaciones de siempre, hasta que se cayeron las tejas de la calle San Pablo. Además, hubo un detalle que lo hizo distinto, porque si en el aire ondeaban las palmas doradas y los ramos de olivo, un centenar de metros más arriba un helicóptero copaba todo el protagonismo de la mañana. Ni las colgaduras recién puestas en los balcones, ni las banderolas de la carrera oficial, tenían su protagonismo, porque todo el mundo miraba hacia arriba porque el ruido del aparato iba y venía hasta hacerse ensordecedor en algunos momentos.

La tecnología en el mundo de las cofradías, que no ha evolucionado desde que los romanos inventaron el perno, se ha visto este año enriquecida con la presencia inesperada de este aparato volador. Como la fe es creer en lo que no se ve, los cordobeses han creído siempre en lo que les han dicho los responsables de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Lo que ocurre es que los agentes sólo se ven en determinados sitios, por eso el helicóptero se hizo patente, con fuerza, con protagonismo. Sólo le faltó una palma dorada en las turbinas.

Por lo demás, el Domingo de Ramos fue el de las mesas petitorias, el antiguo recurso que contribuye a la financiación de las hermandades con la bandeja petitoria, las huchas, los sellitos o la venta de merchandising que va desde las estampas de toda la vida hasta los imanes para la nevera, el pillacorbatas demodé o los llaveros con moneda incorporada para el carro del Carrefour.

Este año, como novedad, algunas de estas mesas petitorias servían para la distribución de los dípticos elaborados por la Conferencia Episcopal en contra de la ampliación de la ley del aborto. Este hecho se vio acompañado por los lazos blancos que a título particular lucieron algunos cofrades en sus trajes.

Por lo demás, -si se queda al margen el capítulo del helicóptero y lo de las tejas de San Pablo- el Domingo de Ramos hizo que el guión se cumpliera a la perfección, con los estrenos previstos. En el caso de la Borriquita, el paso de misterio lució la imagen del apóstol Santiago, obra de Sebastián Montes, y el nuevo estandarte con una Inmaculada pintada al óleo con orla de orfebrería y bordados realizados por Antonio Villar.

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