El Amor

La oración sincera de El Cerro

  • La hermandad recupera a San Juan y una Dolorosa, dos tallas del siglo XVI

Muchos son los detalles que hacen que la estación de penitencia de la hermandad del Cristo del Amor sea singular. Es la única que recorre las calles de El Cerro, fue la primera de Andalucía en contar con una cuadrilla íntegra de costaleras que portan a la Virgen de la Encarnación y el acompañamiento de un barrio entregado a sus titulares, sobre todo al Cristo, que preside la parroquia de Jesús Divino Obrero prácticamente desde la fundación del barrio. Es por eso que los residentes no dudan en sacar sillas a la puerta de sus casas para ver el paso del cortejo. Es su día grande y las calles, además, se engalanan con colgaduras, flores y macetas en los balcones. Es su manera de responder a esta hermandad.

Pero los vecinos del Campo de la Verdad también tuvieron ayer que dedicar sus oraciones a dos imágenes que ayer se incorporaron al cortejo: San Juan y una Dolorosa, dos tallas del siglo XVI que ya pretendieron sumarse en años anteriores y que se han recuperado para esta Semana Santa.

El primer paso representa a Jesús ante Herodes, custodiado por un sayón. Entre las calles de El Cerro no importan las distancias y todavía no hay preocupación por la llegada a carrera oficial. Su gente disfruta de la imagen del Señor del Silencio, tras la que aparece el paso de San Juan y la Virgen junto al Cristo del Amor. La Virgen de la Encarnación, perfectamente llevada por sus costaleras, cierra el cortejo.

Uno de los momentos cruciales es cuando la procesión llega al puente de Miraflores. En este punto, la idiosincrasia de El Cerro se mezcla con los turistas despistados que llegan de visitar la Mezquita o los que también incluyen el paso de la hermandad del Campo de la Verdad en su reloj cofrade. El Amor llega a Córdoba tras cruzar el Guadalquivir, como aseguran los propios hermanos. Entonces comienza la parte del recorrido más seria, por la calle San Fernando hasta llegar a la carrera oficial. La vuelta también incorpora momentos de gran belleza y emoción, como el paso por el Puente Romano, una parte del recorrido que se recuperó el año pasado debido a la restauración a la que fue sometido el monumento.

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