TODOS los años, cuando se habla del dispositivo de seguridad que se desplegará a lo largo de toda la Semana Santa se piensa que no va a hacer falta, que va a estar ahí para tranquilidad de todos. Pero con lo ocurrido a mediodía de ayer en la calle San Pablo se demostró que esta maquinaria no sólo está engrasada, sino que también funciona.
Esa calle, a esas horas, era un hervidero de quienes con antelación ocupan las aceras para presenciar el paso de la Borriquita. Pero la rápida actuación de la Policía y de los Bomberos hizo que no hubiera que lamentar desgracia personal alguna y que los perjuicios a las hermandades fueran los mínimos posibles.
A los pocos instantes estaba allí el teniente de alcalde de Urbanismo, Andrés Ocaña; el concejal de Seguridad y Tráfico, José Joaquín Cuadra, y el delegado de Deportes, Alfonso Igualada. Se reunieron con los cofrades afectados, consensuaron alternativas y al final no se vio perjudicado el Domingo de Ramos. La máquina funciona.
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