Tenemos un amigo especial. Tiene 11 años y un diagnóstico de esos que ahora se dicen por siglas. El debate sobre la terminología para estos niños especiales deja de existir para todo aquel que conoce a alguien con diversidad funcional, discapacidad intelectual, trastorno o algunas deficiencias o dificultades -quién no las tiene- y comprueba que, lo diverso, pese a poder no ser exacto, se acerca bastante a esas realidades. Están muy lejos de subnormal, en las antípodas de minusválido. Y es que el lenguaje es esencial, los nombres, las acepciones, la terminología no negativa, suma.

Bruno es un crack para muchas cosas, créanme cuando les hablo de un nivel y una capacidad muy por encima de la media, excepcional. La interacción social ciertamente no es su fuerte, pero tiene habilidades extraordinarias. En casa hemos aprendido un montón de cosas gracias a él. Todos los que tienen un amigo como nuestro Bruno saben que aquellos términos antiguos son pasado, que no dicen nada de lo que tienen que describir, porque no definen en absoluto lo que nombran. Está claro, hay términos que no valen. Los mapas y los animales son su destreza, conoce el callejero de cientos de ciudades al dedillo, si buscan una calle, es la persona perfecta, no solo la tendrá controlada, sino que sabrá llevarlos desde donde se encuentren, giros a derecha e izquierda, les avisará de las rotondas que encontrará en el camino. De fauna aún mejor, el listado, el entorno, las características, el peligro o no de extinción de infinidad de animales, su alimentación, sus datos abruman. Nos enseña un montón de cosas, a nosotros nos descubrió hace años, cuando aún no había cumplido los siete, todo sobre el pangolín. Así que en casa y gracias a Bruno, el pangolín es más que conocido. Hace tiempo que hablamos de él, tenemos algún dibujo desde hace años en la nevera.

Por eso, cuando el coronavirus irrumpió en nuestras vidas, las vidas del planeta y se puso el foco sobre nuestro bicho conocido, nos pusimos a leer. Como podéis intuir, fue Bruno quien nos trasladó la noticia y quien nos mantiene al tanto de las informaciones sobre nuestro pangolín como portador del virus, de su absolución y de la nueva sospecha sobre la reconversión en culpable de nuestro mamífero. El viernes fue el día de las notas de este excepcional segundo trimestre, a todos los niños y niñas, un sobresaliente en actitud en este periodo tan extraño. En cuanto a las notas de Bruno, nos importan muy poco, pero desde aquí le mandamos nuestro sobresaliente, por excepcional y extraordinario, en este tiempo también de siglas.

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