Mensaje en la botella

Un nuevo paso, que no es poco

La bronca política se ha quedado en el Congreso y, por suerte, no ha saltado a la calle

Por fin. Ya hay gobierno en Madrid. Ha costado lo suyo y, aunque no debemos estar excesivamente tranquilos ni confiados con el resultado final, es un avance significativo respecto a lo que teníamos. Será el primer Ejecutivo de coalición de la democracia, que tendrá además que llevar sus asuntos al Congreso más fragmentado que se recuerda y con más grupos radicalizados, ya sea a la derecha o a la izquierda. Me llama la atención esa nueva representatividad territorial presente en las Cortes, que revela una nueva tendencia del votante a la hora de elegir cuáles son las opciones más indicadas para pelear por sus intereses, ya sea a nivel autonómico o incluso provincial. En cualquier caso, los que peor parados salimos somos los andaluces, que pintamos bien poco desde hace lustros en la Carrera de San Jerónimo pese a ser una de las regiones más importantes de España.

Tampoco descubro nada si les digo que el debate de investidura que nos han ofrecido los distintos partidos no me ha gustado nada. Bronca y más bronca, acusaciones y ganas de crispar de un bloque y de otro, sin pensar en el ridículo que estaban haciendo ante todo un país. Lo mejor, por salvar algo, es que me da la sensación de que esa fractura que se ha observado en el Congreso en los últimos tiempos se ha quedado ahí y, por fortuna, no ha saltado a la calle. Se trata de enfrentamientos que se ciñen al plano político y que, salvo en las redes sociales -que ya sabemos que es el terreno en el que ahora se mueven los acólitos y vividores desvergonzados de la clase política-, la gente sigue a lo suyo, tratando de sobrevivir como mejor puede y sin ánimo de provocar un encontronazo encarnizado e irrespetuoso con quienes tienen posiciones diferentes a las nuestras.

Y luego está nuestra Córdoba, que como el resto de Andalucía tiene escaso peso en Madrid, pero que tendrá que sacar algún día su lado más reivindicativo. De momento, la cuota cordobesa en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez se mantiene, con Carmen Calvo en la vicepresidencia y Luis Planas en Agricultura. De Calvo, poco que decir desde que ostenta galones en Moncloa porque nada le debemos, mientras que Planas sí es clave para la economía de esta provincia. Está al frente de una cartera cuya trascendencia económica para esta tierra es vital y su nivel de compromiso con el campo debe ser mayor. Pero por decoro, demos al Gobierno los cien días de cortesía que merece.

Y respecto a la oposición de Córdoba en las Cortes, pues pedirle lo mismo. Que se dejen ver y que trabajen presentando iniciativas para la provincia, que falta hacen. Y además, que eviten la tentación hacer el ridículo en redes sociales (uno más que otros) con mensajes catastrofistas.

La política nacional ha dado un nuevo paso. El tiempo dirá si en la dirección correcta, en la equivocada o en la peor, pero al menos salimos del bucle, que no es poco.

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