Mensaje en la botella

Política berlanguiana

Los 17 ediles de Baena tienen mucho aprecio por sí mismos y poco respeto por los vecinos

Titulábamos en este periódico hace unos días que "España también es berlanguiana". La información se refería al hecho de que la Real Academia de la Lengua Española (RAE) ha incluido 2.500 nuevas palabras, entre las que se encuentra precisamente berlanguiano. Para más información, la academia detalla que se trata de un adjetivo "perteneciente o relativo a Luis García Berlanga, cineasta español, o a su obra", o aquello que "tiene rasgos característicos de la obra" del director valenciano. No es necesario profundizar mucho para reparar en que los personajes de Berlanga casi siempre se enfrentan a situaciones y peripecias que rozan el absurdo o el surrealismo y que muestran una realidad de lo que somos en este país desde una vertiente algo cómica, pero a la vez ácida y desgarradora. Nos retrata.

Casualidad o no, la puesta de largo del nuevo término casi ha coincidido en el tiempo con uno de los acontecimientos políticos más vergonzantes de la política cordobesa de los últimos tiempos, como es la moción de censura de Baena. Lo grave no es que se utilice este mecanismo democrático para relevar a un alcalde, sino cómo se haga. En el caso baenense, lo ocurrido en los dos plenos celebrados el pasado jueves es realmente lamentable. Todo se resume en que PSOE e IU, con el apoyo de un edil del grupo independiente Iporba, quieren ocupar el gobierno local que ahora ostentan PP y Cs con el apoyo de otro edil de Iporba, quien a su vez fue alcalde del PSOE en el pasado. Como no está claro si el edil díscolo de Iporba que apoya la moción es un tránsfuga o no, lo que debería haber sido un debate -tenso, lógicamente, por la situación- acabó con voces, insultos, menosprecios y acusaciones. Incluso se llegó a decir que una edil de IU tenía (presuntamente) el covid y que no debería estar allí, una afirmación lamentable de la alcaldesa, Cristina Piernagorda, al revelar asuntos del ámbito privado.

La cuestión es que fue tan patética la actuación de los 17 concejales que a buen seguro que el gran Berlanga podría haber escrito un guion contando las miserias de la política y hasta dónde puede llegar el ansia de poder del ser humano.

Carezco de todos los elementos de juicio para afirmar que Baena necesita, o no, un cambio de gobierno, pero lo que sí nos han dejado claro sus concejales es que tal vez no estén a la altura para ocupar ese cargo. Los 17 ediles, ya sean de PSOE, PP, Cs, IU o Iporba, han demostrado que tienen un gran aprecio por ellos mismos y muy poco respeto por los vecinos de esta ciudad, conocida en medio mundo por la calidad de su aceite de oliva, entre otras cosas.

París-Tombuctú, la última película de Berlanga, termina con un plano en el que se lee la frase "tengo miedo". Nos es que lo sucedido en Baena estos días asuste, pero sí da pavor. Que la política se nos vuelva aún más berlanguiana es lo que nos faltaba.

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