Si no fuera por la extraordinaria importancia que tiene el turismo en esta tierra, lo ocurrido esta semana en Córdoba a cuenta de este sector sería para escribir el guion de una comedia berlanguiana. Pero vayamos por partes. El Ayuntamiento de Córdoba está sin presupuestos y, para que ello sea posible, el cogobierno de PP y Cs necesita el apoyo de al menos uno de los dos concejales de Vox. La exigencia del grupo del extrema derecha para dar el sí a las cuentas de Capitulares pasa por la disolución del Instituto Municipal de Turismo (Imtur), que se creó en el mandato anterior de la mano de PSOE e IU.

Como parece que la necesidad aprieta, desde populares y naranjas han aceptado la petición, para ver si así contentan a Vox y sacan adelante sus números. La primera reflexión que uno se plantea es evidente. Si el Imtur es tan innecesario, ¿por qué no se ha dicho hasta ahora? Segundo. ¿Estaba prevista esa medida en los programas electorales de quienes gobiernan el Consistorio? Igual llevan razón y hay que disolver el susodicho instituto por inoperante, pero la sensación que se transmite a la ciudadanía no es esa, sino que se accede a una exigencia, más o menos caprichosa, sin argumentos muy sólidos. Para empezar, tal vez habría que preguntarle a los empresarios turísticos, a los sindicatos y demás colectivos que viven de esta actividad económica qué les parece la propuesta. Dicho queda.

En medio de toda esta polémica, el Ayuntamiento ha presentado lo que será el expositor de Córdoba en la Feria Internacional del Turismo Fitur, que se celebra a partir del 19 de enero. Cierto es que alguna novedad que otra hay respecto al ejercicio anterior, pero la edil del ramo, Isabel Albás, dejó claro que la intención del cogobierno local es "desestacionalizar el turismo" para que la oferta de la ciudad no se concentre siempre en los meses de primavera, principalmente entre abril y mayo. ¿Les suena el discurso? Córdoba lleva años, incluso varios lustros, con esa cantinela, por lo que si hay que buscar un titular para resumir la presencia de la ciudad en Fitur, éste sería un "más de lo mismo". Se repite igualmente que la provincia y la capital irán cada uno por su lado, no vaya a ser que eso de ir unidos provoque un destrozo a la economía.

Y puestos a calcar patrones, el debate que nunca encuentra respuesta es si nuestros gestores de la cosa pública saben para qué es necesario ir a Fitur. Si no hay sorpresas, volveremos a presentar lo que tenemos -que no es poco- a los cordobeses que se acerquen a Ifema y se aprovechará la ocasión para decir lo bien que nos ha ido en Madrid en cuanto a contactos profesionales. Repito: más de lo mismo.

Eso sí, para el expositor de Córdoba 2022 se ha diseñado en esta ocasión un espacio que recrea un patio, concretamente el de San Basilio, 44. Visto lo visto, nos lo ponen a huevo para decir que ¡cómo está el patio!