Generar ilusión en cuestiones que nos tienen cansados y desencantados, no es nada fácil. Ahí, hay que reconocerles a muchos de los nuevos partidos la capacidad que tuvieron para despertar nuevas esperanzas en mucha gente; ahí, también hay que poner de manifiesto que hay una sensación generalizada de que a estas alturas, en tal valoración, usamos el tiempo en pasado.

Poco a poco se van sucediendo asuntos, detalles, pequeñas o no tan pequeñas connotaciones o disfunciones que preocupa o tranquiliza a partes iguales. Aquellos que vinieron a regenerar, a proporcionar un empuje o zarandeo democrático necesario, parecen haber agotado su tiempo y su aportación. Puede que ya hayan hecho lo que vinieron a hacer. Puede que ya hayan consumado y consumido espacios y tareas. Que fueron útiles y oportunos, que tal vez su tiempo se esté agotando.

Sin necesidad de mirar muy lejos, aquí, en casa, venimos constatando que en poco tiempo punteamos asuntos coloreados en naranja que no pintan bien. Tras el tema Timoteo, Torrejimeno, en estos días Dorado ha vuelto a poner en portada dudas de que, ante la gestión y la respuesta dadas desde Capitulares, trascienda de lo anaranjado. Ante el informe de Fiscalía sobre el presunto funcionamiento de Infraestructuras, con detalles preocupantes, resulta llamativa la reacción de la Junta de gobierno local.

Un mandato que hasta ahora parecía plácido, se está complicando por las dudas sobre corrupción, la evidencia de la ineficacia y por el estallido de asuntos que en otros tiempos, el alcalde, habría usado para atacar al gobierno. En este punto, no le va a resultar fácil de explicar al señor Bellido los motivos que le han llevado a permitir que el concejal Dorado siga sentado en el pleno, sin una misión y trabajo específico de gobierno mientras cobra un sueldo más que importante en su grupo. El concepto del "concejal liberado" que el alcalde ha concedido al edil cesado plantea preguntas variadas, algunas incómodas. En las tertulias, en los cafés, en la barra del bar, hay bastante unanimidad. Las sospechas, lo que trasmite mantenerlo sin competencias, la falta de contundencia -según se mire- frente a Dorado, ni deja bien a Dorado, ni deja bien a Bellido.

Hemos estado expectantes por ver la reestructuración de competencias y la reasignación de tareas en el Ayuntamiento de Córdoba, porque hay ecuaciones que están resultando demasiado complicadas.

Desinflada la ilusión por méritos propios, algunos vuelven ya la mirada al bipartidismo, otros siguen agarrados a las pocas oportunidades que quedan para evitar la vuelta al turnismo plácido pero poco coherente con la riqueza ideológica de un país. ¿Dos o más? Ahí sigue la cuestión.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios