El consejero andaluz de Agricultura en funciones, Isaías Pérez Saldaña, mostró ayer su pesimismo sobre el futuro de la reforma del sector del algodón, ya que, a su juicio, será difícil que los países de la UE accedan a sus demandas, en concreto a la de aumentar el vínculo de las ayudas con la obligación de producir.
"No soy especialmente optimista; es jugar un partido de uno [España] contra 26 países, y es irracional pensar que hay posibilidades", declaró Pérez Saldaña antes de reunirse con la Plataforma del Algodón, que representa a parte del sector en Andalucía. La Junta propone que las subvenciones al algodón se otorguen en un 80% "acopladas", o condicionadas a la obligación de producir, y otro 20% por superficie, desligadas de la cosecha.
Frente a eso, Bruselas impone mantener el actual reparto de las ayudas: un 65% se conceden por superficie, independientes de que el agricultor produzca o no, y el 35% restante queda ligado a la producción, en una prima para una superficie limitada (en España, 1.039 euros por hectárea y a 70.000 hectáreas).
La Comisión Europea propuso modificar la regulación tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE que daba la razón a España, pero la comisaria europea se niega.
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