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¿Qué más quiere la gente?

  • Ni la buena marcha del equipo ni la visita del Betis rompieron la barrera de los 10.000

Lo del objetivo 10.000 sigue lejos. Y es una pena. Frente a los 11.500 espectadores de la ronda anterior ante el Huesca, apenas 7.300 personas dejaron ayer 133.740 euros de recaudación. Y enfrente estaba el Betis, un equipo simpático y de Primera. Sus 200 fieles, ubicados en la Preferencia Alta, fijaron un desafío de gargantas con los Brigadas y siguieron cantando más allá de la derrota. Qué arte.

Será la crisis, el frío, la desgana. Será que el encuentro era fuera de abono y televisado, aunque por plataformas de pago. Será un poco de todo. Lo cierto es que lejos quedaron los 15.544 espectadores (235.000 euros de recaudación) e incluso los 10.537 (213.000) de las dos temporadas en las que los verdiblancos visitaron a los blanquiverdes antes de regresar a la máxima categoría.

Al descanso nadie había sido capaz de mover el marcador en un choque condicionado desde el calentamiento por la lesión de Ezequiel, uno de los diez canteranos a los que Mel ha hecho debutar desde que regresó al banquillo de Heliópolis la campaña pasada. En la anterior, por cierto, se encargó de dejar k.o. al Córdoba con el Rayo Vallecano (0-1) después de que el conjunto dirigido por Lucas Alcaraz asaltara el por entonces aún llamado Manuel Ruiz de Lopera. A ese estadio, rebautizado como Benito Villamarín, habrá que volver dentro de una semana para disputar el último compromiso del año.

En la delantera bética formaron el pichichi de Segunda con el Elche en la Liga 09-10 y Roque Santa Cruz, campeón de Europa con el Bayern Múnich a principios de siglo y ahora cedido por el acaudaladísimo y endeudadísimo Manchester City. Amén del paraguayo -el único superviviente en la alineación con la que el Betis venía de romper ante el Valencia (2-1) una racha de diez jornadas sin ganar (un punto sobre 30 posibles)- en las convocatorias había otros dos internacionales: el serbio Tosic, una calamidad, y el boliviano Arias. Otro portero, el suplente Goitia (vizcaíno de Baracaldo), fue abrazado por su paisano Delgado Ferreiro (natural de Portugalete) en los prolegómenos, aderezados con un minuto de silencio en el que se atrancó el himno solemne de Queco. Luego no hubo tratos de favor por parte de un colegiado que no quiso expulsar a nadie en un duelo descompensado (1-4) en el balance de amarillas.

Visto el precedente del clásico con el tempranero gol de Benzema y la reacción culé, nunca sabremos lo que hubiera pasado si Charles, que ayer se enfrentaba al Betis mientras su primo Yuri recibía al Real Madrid con la Ponferradina, hubiera marcado tras quedarse solo ante Fabricio a los 13 segundos. Hubo que esperar al minuto 89 para que Pepe Díaz cabeceara hacia el fondo de la red. A los escasos siete mil que se habían acercado a El Arenal les mereció la pena. Y tanto.

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