Patrimonio

El retablo de San Rafael ya luce en la calle Lineros de Córdoba

Autoridades y técnicos presentan la restauración del retablo.

Autoridades y técnicos presentan la restauración del retablo. / Miguel Ángel Salas

A falta solo de los faroles y de la pequeña imagen de la Virgen de Linares, el retablo de San Rafael ya luce restaurado en el número 27 de la calle Lineros. El pasado septiembre, el Ayuntamiento anunció que había adjudicado el contrato de la que sería la última actuación sobre la obra a la entidad Dédalo Bienes Culturales, con un presupuesto superior a los 35.000 euros. Esta tercera fase del proceso de conservación y restauración ha tenido como responsables de supervisión y ejecución a la arquitecta de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) María Rosa Lara Jiménez y al jefe de la oficina de Arqueología de la misma, Juan Francisco Murillo Redondo. 

"Uno de los aspectos importantes del proyecto es que comenzó con un de proceso investigación por el que supimos que se trata de una obra de 1937 que sustituye a una anterior que había antes de la Guerra Civil; la estructura arquitectónica era de ese año y la pintura, de 1998; nos encontramos con una estructura muy deficitaria en cuanto a las composiciones técnicas de los distintos acabados", ha sentenciado el conservador y restaurador José León, de la empresa Dédalo.

"De las capas históricas anteriores se ha podido recuperar parte de la pintura original; es por desgracia de lo poco que hemos podido mantener, ya que la última intervención que se llevó a cabo en el retablo, en la pasada década de los 90, por parte de la escuela taller de la Diputación, fue tan profunda, porque el altar se encontraba en muy malas condiciones que deshizo todo lo poco que quedaba de original", ha matizado María Rosa Lara.

Lara ya detalló que tenían previsto hacer una limpieza y un estudio más en profundidad de los materiales del retablo para ver si había huellas de los anteriores retablos, además de consolidar toda la parte de la estructura. El proyecto incluye la reposición de los cuatro faroles con los que contaba un conjunto que está dedicado al Custodio Córdoba, San Rafael, y a los patronos de la ciudad, San Acisclo y Santa Victoria.

En las dos actuaciones previas, se procedió a retirar los tres lienzos que componen el retablo, los de San Rafael, San Acisclo y Santa Victoria, para ser restaurados por el restaurador Andrés Moreno. La idea del Ayuntamiento pasaba por que esos lienzos -por su valor- no volvieran al retablo, sino que se sustituyeran por unas réplicas. Del mismo se procedió también a eliminar el cableado de luz y telefonía que afeaba el conjunto y que ha sido soterrado.

El objetivo del proyecto ha sido dejarlo tal y como en su momento, en 1801, decidieron los vecinos, que fueron quienes sufragaron su coste. El primer altar de la calle Lineros estaba dedicado a la Virgen de Linares, altar con el que acabó el vandalismo. Posteriormente, y a iniciativa popular, fueron los vecinos los que llevaron a cabo una recaudación para poder encargarle a Antonio María de Monroy la realización de este altar en 1801, dedicado ya a San Rafael, San Acisclo y Santa Victoria. 

Para llevar a cabo la mejora del conjunto, el Ayuntamiento le encargó el proyecto de restauración a la restauradora especialista Marina Ruiz, quien realizó un estudio histórico del retablo. "Como curiosidad, el altar que hoy vemos no es de 1801", indicó ya Lara, explicando que se volvió a reconstruir en 1925 de la mano de la familia Romero de Torres; se le encargó esa reconstrucción a Enrique Romero de Torres y él a su vez le propuso a su sobrino la reposición de los lienzos, a Enrique Romero Pellicer", detalló. "Más tarde, en los albores de la República el conjunto volvió a sufrir actos vandálicos que destruyeron bastante todo el retablo y las pinturas. Lo que hoy nos llega es una obra de 1937 de Rafael Díaz Peno, que es el autor de las pinturas y quien realiza la restauración del retablo", añadió.

No obstante, a lo largo del siglo XX este conjunto dedicado al custodio y a los patrones de la ciudad se fue deteriorando con el tiempo. En principio, el retablo original era neoclásico, muy austero y sin embargo la Diputación en su intervención de 1997 lo barroquizó, le dio un aspecto con más colores, imitando a las piedras barrocas de los mármoles. En la hornacina del conjunto había también una pequeña imagen de la Virgen de Linares, obra de Leandro Cano, y ahora lo que hay es un grabado de la Virgen de la Candelaria, pero, tal y como ha sentenciado el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Salvador Fuentes, la Virgen de Linares volverá al altar.

Fuentes ha aprovechado para hacer un llamamiento a la ciudadanía pidiendo "mucho respeto y mucha colaboración para que este retablo, que es un patrimonio muy importante para la ciudad, no sea vandalizado, no sea destruido por irresponsables que no tienen ni vergüenza ni respeto por lo que supone el legado de Córdoba".

El alcalde, José María Bellido, ha destacado que "hoy es un magnífico día, porque este rincón histórico y muy querido de la ciudad hoy luce en todo su esplendor recuperando su estado original, el que tenía en el siglo XIX".

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