"El regreso del lobo a Andalucía no es un sueño, es una responsabilidad"
Entrevista
El coordinador del Censo del Lobo, el cordobés Cristóbal Cobo, participa este domingo en la gran manifestación de Madrid por la defensa de este mamífero
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Madrid acoge este domingo, 22 de junio, una de las movilizaciones más relevantes de los últimos años en materia de conservación ambiental: una gran manifestación por la defensa del lobo en la Península Ibérica. En ella participan más de 150 organizaciones de toda España, Portugal y Francia, que piden no solo su reinclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), sino la suspensión inmediata de cualquier muerte de lobos en todo el territorio español. En Andalucía, el cordobés Cristóbal Cobo, miembro de la sociedad científica Dirus, coordina desde Iznájar el proyecto de voluntariado para el Censo del Lobo. "Esta movilización no es solo por el lobo, es por la dignidad de nuestras políticas ambientales, por nuestros ecosistemas y por un futuro en el que la convivencia entre humanos y fauna salvaje no sea una excepción, sino una norma", reflexiona.
Pregunta.¿Cómo se ha llegado a esta manifestación?
Respuesta.Esta es la segunda vez en la historia que se ha producido una movilización tan amplia por la conservación de una especie como el lobo en España. Se trata de un verdadero punto de inflexión, pues más de 150 organizaciones científicas, conservacionistas, ecologistas y animalistas de España e incluso de Portugal y Francia se unen para exigir lo mismo: que se respete el estatus legal de una especie protegida, que se detengan las muertes y que se tomen decisiones basadas en ciencia, no en intereses económicos de sectores privados o chantajes políticos.
P.¿Cuál es el problema actual con la conservación del lobo?
R.El problema es múltiple. Por un lado, está la persecución directa, legal y furtiva, que aún persiste en varias comunidades autónomas. Por otro, la presión de sectores privados muy beneficiados por ayudas públicas, que presionan a los gobiernos regionales y al central para eliminar al lobo. Todo ello genera un clima de permisividad y violencia institucionalizada. La caza del lobo en España no tiene absolutamente nada que ver con la ciencia ni con la ética. Tampoco con la conservación.
El lobo desapareció en Andalucía por la caza legal, la furtiva y, sobre todo, por la inacción de las administraciones"
P.En el caso de Andalucía, ¿cuál es la situación real del lobo?
R.Andalucía fue uno de los territorios históricos del lobo en España. Si analizamos las estadísticas de las Juntas de Extinción de Alimañas de mediados del siglo XX, es evidente que los números cazados en cualquier época del año en territorio andaluz, machos, hembras y cachorros, eran absolutamente insostenibles. De aquellas arenas, estos lodos. Desde hace más de 40 años no existe un tamaño poblacional viable de lobo en Andalucía. Aunque pudieran existir algunos escasos individuos aislados hasta hace un par de décadas, la especie no tenía ninguna posibilidad real de recuperación natural sin intervención de las administraciones, andaluza y central, que no lo hicieron. Los llamados censos que se realizaron en el pasado utilizaron metodologías obsoletas, incompletas o incluso erróneas, con técnicas indirectas que en ningún caso permitían concluir que existían dos poblaciones con unos 50 individuos, como se llegó a afirmar hasta hace muy poco tiempo. Fue una ficción mantenida durante muchos años. Aun hoy, en la página web de la Junta de Andalucía, a pesar de haber sido reconocida la extinción de la especie de manera oficial en el territorio andaluz, dejan lugar a la duda…
P.¿Cómo desapareció el lobo de Andalucía?
R.De manera paulatina y metódica, por la caza legal, la furtiva y, sobre todo, por la inacción de las administraciones. Los gobiernos andaluces y el central nunca pusieron en marcha un plan de recuperación ni hicieron refuerzos poblacionales en zonas adecuadas. Lo dejaron extinguirse de manera silenciosa, sin declarar su extinción, sin transparencia y sin asumir responsabilidades. Solo la presión ciudadana y científica logró que, en 2023, se oficializara su extinción tras décadas sin población viable y tras mantener durante muchos años estimaciones poblacionales infladas y falsas.
El lobo es un chivo expiatorio, se le culpa de los problemas estructurales del mundo rural"
P.¿Qué pasó con el proyecto LIFE Lobo Andalucía?
R.Fue una oportunidad perdida. Costó 1,6 millones de euros de dinero público, financiados en parte por la Unión Europea, y fracasó desde su diseño. ¿Por qué? Porque era un proyecto de concienciación social cuando ya no quedaban lobos en Andalucía. Un proyecto de sensibilización no puede funcionar si no va asociado a un plan real de recuperación de la especie. No puedes convencer a la sociedad de convivir con una especie que ya no existe en el territorio donde se desarrolla el proyecto.
P.¿Puede volver el lobo a Andalucía de forma natural?
R.Con la situación actual, es prácticamente imposible. Aunque el lobo esté incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), lo cual prohíbe su caza en todo el territorio nacional, la caza furtiva, los controles poblacionales y la presión general en áreas septentrionales dificultan enormemente su expansión hacia sus territorios históricos meridionales. Si el lobo continúa siendo perseguido como en la actualidad, con un reclutamiento de jóvenes que intentan incorporarse a una población inferior a la mortalidad su recolonización natural de Andalucía es inviable. La única opción realista sería la reintroducción mediante refuerzos poblacionales controlados en hábitats adecuados. En 2024, desde nuestro proyecto, junto a entidades como Grefa, Fapas y Rastrea, entregamos al director general de Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía un borrador científico-técnico para su reintroducción en territorio andaluz, acompañado de un dossier sobre el estado de conservación del lobo en la región, sin obtener todavía respuesta por su parte.
P.¿Qué labor realiza el proyecto Censo Lobo?
R.Somos un proyecto científico de medio y largo plazo, basado en la ciencia ciudadana. Nuestro objetivo es implicar a la sociedad civil en la conservación del lobo, que es una pieza clave y absolutamente imprescindible para los ecosistemas ibéricos. Aplicamos una metodología científica estricta y ofrecemos formación continuada a los voluntarios que participan en el proyecto. Tratamos de comprender cuál es la situación real del lobo en la Península Ibérica, cómo se comportan sus poblaciones a lo largo del tiempo, el estado de conservación de los hábitats que ocupan y cómo pueden recuperarse dichas poblaciones en lugares donde han sido extinguidas. Aportamos una visión científica independiente, tratando de influir positivamente en las políticas de conservación a través de la mejor ciencia disponible. Además, formamos parte de la sociedad científica Dirus, que estudia los grandes depredadores y sus hábitats, con investigaciones activas tanto en España como en otros países. Actualmente nuestra sede está en la Universidad de Alcalá.

P.¿Y qué hay detrás del odio al lobo en muchos discursos políticos y mediáticos?
R.El lobo se ha convertido en un chivo expiatorio muy útil. Se le culpa de los problemas estructurales del mundo rural: despoblación, falta de rentabilidad, crisis ganadera... Pero ninguno de esos problemas estructurales del sector agroganadero los ha causado esta especie, es más, en zonas donde no hay lobos se dan los mismos problemas. Los sectores privados más contrarios al lobo están muy beneficiados por ayudas públicas y utilizan su poder para presionar a los gobiernos, central y autonómicos. Se trata de una especie de chantaje político a través de los votos pretendiendo obtener diversos beneficios, generalmente económicos. Todo lo demás es propaganda.
P.¿Qué mensaje quiere dejar para este 22 de junio?
R.Que la masacre oficial del lobo en España debe terminar ya, al igual que terminó en Portugal en los años 80 del pasado siglo XX. Se trata de algo anacrónico y sin ningún tipo de sentido. Que sin frenar su persecución no puede hablarse de conservación. Que necesitamos ciencia, ética y valentía política. Y que el regreso del lobo a Andalucía no es una fantasía, es una responsabilidad colectiva, histórica y ecológica. El lobo debe tener el mismo estatus de protección que el oso, el lince y las grandes rapaces. Es un patrimonio natural común de todos los españoles y andaluces que corre serio riesgo de desaparecer, no podemos permitirlo.
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