Mohamed Abdellah, guitarrista: "Siento que fue la puerta de la Mezquita de Córdoba la que me eligió a mí"

Entrevista

El músico egipcio se apuesta cada día al caer el sol en la Puerta de San Sebastián, donde cordobeses y turistas detienen el paso para deleitarse con sus interpretaciones

¿Qué ver en el pueblo de Córdoba cuyo Castillo venció al aire?

Mohamed Abdellah
Mohamed Abdellah / Miguel Ángel Salas

Mohamed Abdellah, Momo, es ya conocido en Córdoba como 'el guitarrista de la Mezquita'. Y es que al anochecer este músico egipcio hipnotiza a los transeuntes con las piezas que interpreta a los pies de la Puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral. Apasionado de la guitarra flamenca, le debe su carrera musical a Javier Bardem.

Pregunta.¿Cuándo y cómo empezó su carrera como músico?

Respuesta.Todo empezó siendo chaval. Una noche cualquiera viendo Vicky Cristina Barcelona. Cuando Juan Antonio invitó a Vicky a escuchar guitarra española y Hubo una escena que se me quedó grabada en el alma: Juan Antonio invita a Vicky a escuchar guitarra española, y de pronto aparece aquel guitarrista, Emilio de Benito, tocando Granada de Albéniz con un toque flamenco, bajo la noche estrellada de algún rincón de España., sentí algo muy fuerte: el corazón se me aceleró, los ojos me brillaron... Fue un momento tan cálido, tan romántico… que me vi allí, en esa escena, tocando la guitarra para siempre, como si no quisiera salir jamás de ese sentimiento. Así nació mi amor por la guitarra. No fue una decisión; fue un flechazo del alma.

P.Pero tuvo trabajos muy diversos hasta dedicarse exclusivamente a la guitarra ¿no?

R.Decidí formarme en el Conservatorio de Alejandría mientras estudiaba Comercio en laUniversidad. Tuve la suerte de aprender con el maestro Hossam Elshafey, quien me enseñó los primeros pasos. Para poder mantenerme, trabajé muchos años en Egipto, en sitios como el Banco de Egipto, IDP Education y otras organizaciones. Pero jamás me olvidé de mi sueño: ser un guitarrista de clase mundial. Como allí no encontraba el ambiente ni los recursos para crecer con el flamenco y la guitarra clásica. Así que esperé el momento justo, cuando por fin pude cumplir con todos los requisitos de la embajada… y me vine a la tierra donde nació la guitarra. Dejé atrás mi vida tradicional para perseguir un sueño más grande: formarme, crecer, y vivir la música como se vive aquí.

Momo en la puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral
Momo en la puerta de San Sebastián de la Mezquita-Catedral / Miguel Ángel Salas

P.¿Por qué decidió trasladarse a Córdoba?

R.Antes de venir, Córdoba ya formaba parte de mi camino. Había visto muchos vídeos y grabaciones de grandes maestros del flamenco como Paco Peña, Juan Serrano y Rafael Trenas —nacidos y criados aquí— y sentía que esta ciudad guardaba algo especial. No olvidemos que Córdoba fue capital, centro del flamenco, y hasta Albéniz le puso su nombre a una de sus joyas de la Suite Española. El primer día que pisé Córdoba sentí algo misterioso… pero cálido, como si ya me conociera. Quizás fue por las personas que me tendieron la mano desde el principio, como Carmen Salamanca. faro en la tormenta, madre de corazón, que me presentó al maestro Rafael Trenas, leyenda viva del flamenco, quien con su generosidad encendió la luz en mi camino. Aquí no solo encontré inspiración, encontré hogar.

Tocar bajo esa puerta es como abrirle el corazón a la ciudad, al pasado y a cada persona que decide pararse y escuchar

P.¿Por qué elegió la puerta de la Mezquita-Catedral para tocar la guitarra y darse a conocer?

R.La verdad es que siento que fue ella la que me eligió a mí. Pasé por delante sin ver a nadie tocando, sin saber aún que ese lugar guardaba algo para mí, pero lo sentí. Me quedé con la escena en la cabeza y me imaginé ahí, con mi guitarra, como si ya formara parte de ese rincón. Es un sitio sagrado, cargado de historia y de alma. Allí no se pasa, se siente. Para mí, es el lugar más familiar de toda Europa, como si llevara algo mío desde siempre. Tocar bajo esa puerta es como abrirle el corazón a la ciudad, al pasado y a cada persona que decide pararse y escuchar.

P.¿Qué es lo mejor y lo peor de actuar en la calle?

R.Lo mejor es la conexión pura con la gente. Cada nota tiene eco en sus ojos, en una mirada de niño, en una sonrisa tímida, en una lágrima inesperada… No hay barreras, solo alma con alma. Lo peor es el frío, el ruido, las interrupciones, a veces la indiferencia. Pero incluso en eso hay algo hermoso. Todo es real, sin filtros, sin mentiras.

El flamenco tiene algo crudo, auténtico, que se parece a mi alma

P.¿Le han ayudado las redes sociales a hacerse conocido?

R.Un poco sí, pero yo soy más de conexión directa. Las redes ayudan, claro, pero lo que realmente me ha abierto puertas ha sido tocar cada día, ser constante y dejar que la música hable por mí. Me gusta cuando alguien me descubre en persona, no por algoritmos.

P.¿Cuál es el tipo de música que más le gusta tocar?

R.La música clásica fue mi primer amor, pero ahora estoy profundamente enamorado del flamenco. El flamenco tiene algo crudo, auténtico, que se parece a mi alma. Es como si el dolor y la belleza bailaran juntos. Me ayuda a descubrir nuevas formas de decir lo que siento.

P.¿Cómo diseña su repertorio?

R.Depende del momento, del lugar y, sobre todo, de lo que siento. No tengo un programa fijo. Escucho el ambiente, la gente, su energía… y dejo que me guíen. A veces empiezo con algo suave, otras con algo más técnico. También soy honesto: me encantaría tocar más flamenco, pero mi nivel aún me pone límites. Aun así, trabajo cada día para ofrecer más, para acercarme al gusto de la gente. Mi música es siempre una mezcla sincera entre la guitarra clásica y el alma del flamenco.

Mohamed Abdellah ha tocado en lugares tan icónicos como el Palacio de Congresos de Córdoba
Mohamed Abdellah ha tocado en lugares tan icónicos como el Palacio de Congresos de Córdoba / Miguel Ángel Salas

P.¿Cuál es la fórmula para llegar al corazón del público?

R.Siempre intento, antes que nada, estar presente y ser sincero. No busco impresionar, sino emocionar. Cuando toco desde el alma, la gente lo siente. No se trata de perfección, sino de verdad. La música cuando nace del corazón encuentra su camino sin esfuerzo.

Córdoba es un escenario eterno

P.¿Pensaba que se convertirías en noticia el día del apagón?

R.Para nada. Solo hice lo que sentí: salir con mi guitarra, como cada noche. Si hay oscuridad, que al menos haya música y mis luces. No pensé en cámaras ni en noticias, solo en estar ahí.

P.¿Por qué acudió a tocar como cualquier otro día a pesar de no haber luz?

R.Tenía el amplificador y las luces ya cargadas. Pero más que eso: sentía que la calle me llamaba. Sentí que ese silencio no era una barrera, sino una invitación. Fue algo mágico, como si el universo me susurrara: "Ahora sí se te escucha de verdad".

P.¿Cuáles son los lugares de Córdoba más espectaculares donde ha tocado?

R.El primer sitio donde toqué fue frente al Obispado de Córdoba y la Puerta del Espíritu Santo. Después bajé a la Puerta de San Sebastián donde encontré mi rincón más íntimo. A veces también toco en la Puerta de Almodóvar, donde el tiempo parece detenerse entre las murallas. He actuado en el Palacio de Congresos, cenas privadas, y hoteles, donde todo sonaba como un susurro de siglos pasados. Córdoba es un escenario eterno.

Mi mayor proyecto sigue siendo tocar cada día con el alma, pase lo que pase

P.¿Cómo es su día a día en Córdoba?

R.Siempre empieza con una oración, un desayuno ligero y una sesión de práctica. Por la tarde suelo ir al gimnasio. También me encanta cocinar, y después continúo practicando y estudiando. Al atardecer salgo a tocar como siempre, envuelto en la luz dorada. Por la noche me gusta andar solo, pensar, escribir, rezar. No tengo una vida de lujos, pero tengo paz. Y eso vale mucho.

P.¿Cuáles son sus proyectos más inmediatos?

R.Aunque no pude presentarme este año a la prueba de acceso del Conservatorio por temas burocráticos, ahora estoy preparando obras de Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar y Paco Peña para intentarlo el próximo año con más fuerza. También estoy preparando grabaciones en lugares históricos como la Mezquita. Quiero además organizar un concierto íntimo, con un toque mágico como en las películas. Pero mi mayor proyecto sigue siendo tocar cada día con el alma, pase lo que pase.

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