Un Teatro Victoria al completo ha acogido el pregón de la Semana Santa de Priego de Córdoba, un acto con el que se apuran ya los últimos días de Cuaresma. La prieguense Mónica Jiménez ha sido este año la encargada de pronunciar este año el pregón de Semana Santa que no dejó indiferente a nadie.

Y es que, había mucha expectación y no defraudó, todo lo contrario, ya que Jiménez esgrimió cada uno de los momentos de la Semana de Pasión prieguense que para ella tienen un significado especial, con un componente íntimo y emotivo que fue capaz de trasladar al público, que en muchos momentos compartió su emoción a través de aplausos.

Jiménez aludió a los dos difíciles años que dejamos atrás e incidió en que "no es un tiempo perdido, sino una lección de fe y de valorar lo perdido". De su pregón se extrae su enorme devoción por la Virgen del Mayor Dolor, de la que es capataz y de su amor a la hermandad que la acoge, la que considera su "refugio".

Destacadas también fueron varias pinceladas que invitan a la reflexión acerca de aspectos como la verdadera caridad, el respeto y el sentido común, el trabajo de las cofradías y el sentido de la fe. Además, dedicó unas líneas de su discurso a Priego, "pueblo de fe y de amor por sus cofradías".

A través de unas impresionantes imágenes aéreas de la localidad recorrió sus calles al son de las teclas del pianista prieguense Antonio López.

El tono más íntimo del pregón llegó con las alusiones a su familia, en especial a su padre, ya fallecido; mostrando en este punto una generosidad tremenda al compartir emociones y sentimientos que el auditorio sintió como suyos. Con una cuidada escenografía, la pregonera estuvo acompañada durante todo el discurso por un llamador del que hizo uso en varias ocasiones.

De esta manera, y tras una intensa ovación concluía un pregón que comenzaba con las palabras de Juan Carlos Povedano, encargado de presentar a la pregonera de este año 2022.