Córdoba CF

Treinta días para cambiar la cara del Córdoba CF

  • El mercado que se abre este jueves permitirá al Córdoba corregir las deficiencias de su plantilla

  • La hoja de ruta del club obliga a negociar salidas para hacer sitio a un mínimo de cinco fichajes

Alfonso Serrano camina por la Ciudad Deportiva durante un entrenamiento.

Alfonso Serrano camina por la Ciudad Deportiva durante un entrenamiento. / Juan Ayala

Con la última jornada de la primera vuelta en el horizonte y tras empezar a dejar atrás las vacaciones y los excesos navideños, el trabajo en el Córdoba CF se divide entre el verde y las oficinas. Y tan importante es uno como el otro, sobre todo por lo que pueda provocar en los próximos 30 días de este mes de enero. En este tiempo, en el que el equipo de Raúl Agné tendrá que hacer frente a cuatro partidos, tres de ellos a domicilio, la dirección deportiva blanquiverde debe cambiar la cara de un proyecto que, más allá del rendimiento dado en la primera mitad de la temporada, se ha visto descompensado y lejos de los mejores de este Grupo IV de la Segunda División B.

Aunque Alfonso Serrano y Jorge Rodríguez de Cózar acumulan muchas horas de trabajo, reforzadas desde la llegada de Infinity que ha cambiado el paso de la entidad, lo cierto es que su papel empieza a tomar especial relevancia desde ya con la apertura de un mercado invernal de fichajes que se prolongará hasta las 24:00 horas del día 31. Atendiendo a las peticiones de Agné y tras cuatro meses y medio de competición que han dejado al descubierto carencias y virtudes del plantel cordobesista, el CCF tiene una hoja de ruta marcada que incluye un mínimo de cuatro o cinco incorporaciones, la mayoría concentradas en la parcela ofensiva. Y eso, en una estructura con escaso margen de actuación por el número de licencias, obliga a abrir negociaciones para hacer sitio a los nuevos con la salida de jugadores que no entran en los planes de futuro.

De momento, el periodo de descanso tras la última jornada liguera ya dejó las despedidas, por voluntad propia (el club tampoco puso muchos impedimentos), de Gabriel Novaes y Sebas Castro; el primero libera una ficha sub 23, siendo dos las disponibles en estos momentos, y el segundo, otra del filial, con el que estaba inscrito y con el único que ha tenido participación durante su estancia en Córdoba. El problema principal viene porque el salto de calidad necesario tiene que llegar de la mano de futbolistas profesionales, y ahí están ocupadas las 16 licencias que permite la normativa en Segunda B.

Ante esta situación, la entidad ya tiene abiertas negociaciones con algunos jugadores para salir de manera inminente. En cabeza de la lista están Fernando Román y Víctor Ruiz, sin la confianza del técnico y que ocupan una demarcación –centro de la defensa– con overbooking desde el verano que toca corregir ahora para compensar al máximo la plantilla. Ambos cuentan con algunas propuestas y eso podría facilitar su adiós, aunque la situación contractual es un hándicap a combatir, dado que el primero firmó un contrato por tres temporadas y el segundo, por dos, que habrá que ver en qué quedarían.

Con todo, el Córdoba tiene más puertas abiertas y no se descarta alguna sorpresa, con la marcha de algún futbolista con protagonismo en esta primera mitad del curso que no haya satisfecho del todo al cuerpo técnico. Ahí aparecen los nombres de Zelu, que acaba contrato el 30 de junio, Juanto Ortuño (2021) y hasta Sebas Moyano, aunque en el caso del cordobés por esa posibilidad que tiene el Lugo de llamarlo a filas en este enero por la operación firmada a finales de agosto para inyectar liquidez al club de El Arcángel.

Las miradas puestas en la zona ofensiva

Porque si algo está claro es que, como dijo en su última rueda de prensa, tras la derrota ante el Marbella, Agné quiere fortalecer al equipo de medio campo hacia adelante, donde hasta la fecha se ha mostrado más dubitativo. Dos delanteros y un extremo son los objetivos prioritarios, si bien podría llegar también un segundo jugador de banda, siempre en función de lo que ofrezca el mercado y las alternativas federativas en las que pueda desenvolverse la entidad cordobesista.

A esos movimientos hay que añadir la inscripción de Luis Garrido. El hondureño sacrificó sus vacaciones navideñas para continuar con su preparación física en la ciudad a la espera de poder vestirse de corto, tras casi dos meses de entrenamientos sin opción de jugar al no estar inscrito. El centrocampista aportará músculo a la zona ancha, dando una alternativa más, diferente a las que ofrece el plantel, a Raúl Agné, que mientras estos 30 días para el cambio se consumen tendrá que seguir sacando todo el jugo a las armas de las que dispone para mantener al Córdoba en la pelea por el play off de ascenso.

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