La Sala: un espacio de coworking para artistas en Córdoba

Existe un negocio en Córdoba en el que sus clientes son artistas. Emergentes, consolidados, músicos, cantantes o grupos de versiones que sueñan con triunfar en lo que les gusta o simplemente usuarios que buscan ocio fuera de lo común. Este lugar nació con la misión de dar espacio y cabida a todos esas labores que necesita un artista y que, a veces, no cuentan con todos los recursos. Esta es la Sala Espacio de Creación, situada en Nuestra Señora de Araceli, un proyecto liderado por Félix Ramírez, músico y encargado de cultura de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE).

"Este proyecto ha ido mutando. A principio era un sitio donde yo, como cliente daba mis clases, pero me he dado cuenta de que puede servir para el desarrollo de todo tipo de actividades o espacio para artistas. Personas que están empezando y quieren desarrollar su actividad de manera autónoma, por ejemplo. Es un comodín que pueden usar sin tener que soportar los gastos fijos de un local", explica el gerente del negocio.

"La misión de la Sala es apoyar a desarrollar actividades artísticas, culturales o de ocio, ya sea con el espacio o con el de prestación de servicios derivados. Normalmente, los usuarios son personas que ven la música como un objetivo amateur, no es su actividad principal, pero se han dado cuenta de que aquí hay comodidas, como batería, amplificadores o una persona que te ayuda en la parte técnica. Hasta en cómputos anuales ahorran dinero, porque si en el mes de diciembre no vienen, ahorran ese dinero", detalla Félix Ramírez.

"También tenemos muchos cursos de formación. Se han dado algunos relacionados con sonido y otras disciplinas. Sin ir más lejos, este fin de semana ha habido un campeonato de Bladeblade. El objetivo de la sala es facilitar el desarrollo de todas esas actividades. Hoy en día es complicado desarrollar muchas actividades", específica. Como dato curioso, las paredes de la sala ya han sido utilizadas por distintos grupos de la ciudad: "Las sesiones de fotos de muchos grupos de versiones se han hecho aquí también, tenemos un espacio para ese desarrollo de audiovisuales", indica.

Conciertos en la terraza

La creación de la Sala, además de ser un negocio, quiere cumplir con las necesidades que músicos como Félix Ramírez han vivido en algún momento de sus vidas. "La idea parte de que yo trabajaba en empresas privadas, y realmente iba siempre a la carretera. Desgraciadamente, no me quedaba nada para mí. Es un trabajo que tiene poca estabilidad. Así que, si quería tener un proyecto de vida, ese anterior formato no me funcionaba. A raíz de hacer cursos de empresa, me di cuenta de que el problema era del sector. Si ya es complicado montar un negocio para asuntos básicas de la vida, desarrollar un negocio con cosas no necesarias pues es más complicado", reflexiona el músico.

Ahora están esperando a desarrollar un nuevo calendario y lograr que otras ideas vayan más allá: "Los que queremos es desarrollar que los grupos que haya aquí puedan hacer pequeños conciertos en la terraza que tenemos. Estamos preparando la temporada en ese sentido. La Sala es como un coworking, nuestros precios están abiertos al público y pueden acceder sin ningún tipo de problema. Obviamente actividades sanas, por lo demás, el acceso es superfácil".

"Sobre todo, creo que hay poco mercado real a la hora de hablar de cultura, tanto de música, pintura, como fotografía, no existe un mercado real. El cliente puede asistir antes a un grupo de versiones que a uno de música propia emergente. Ambos son importantes y tienen cabida, pero no se le da cabida al grupo emergente. El cliente no valora ese servicio. Si lo llevamos a la gastronomía, todo el mundo valora los restaurantes de renombre, van a probar. Ahora, pagar una entrada para un grupo que no conoce, o ir a una exposición de un artista que tampoco, eso es más complicad", reflexiona el gerente.