La Gloria de San Agustín

Las alergias

  • Esta época que estamos atravesando es muy bonita, la más bonita del año, que da gusto salir a la calle y ver esos naranjos

Las alergias

Las alergias / El Día

Tengo que reconocer que soy muy afortunado por no tener alergia, o tener casi nada, sobre todo después de ver a algunos de mis amigos lo malamente que lo pasan por esta época. Que algunos no paran de estornudar, toser y moquear a todas horas, como si no hubiera un mañana, que vaya cosa dura puede llegar a ser.

Esta época que estamos atravesando es muy bonita, la más bonita del año, que da gusto salir a la calle y ver esos naranjos, y esos colores, y esas calles nuestras, que dan alegría. Sí, pero si no tienes alergia, porque si tienes, ya te puedes ir preparando, sobre todo por las noches, que parece que es cuando sube o pega más fuerte, por lo que me han contado.

El otro día, yo creo que fue el miércoles, qué pena me dio ver a mi amigo Nicolás, que el pobre es que no podía ni decir una palabra, una cosa mala. Y encima todo el rato tosiendo y estornudando, que si llega a tener el covid hubiera infectado a todos los que hubieran pasado a menos de cincuenta metros, lo que yo les diga.

Mi cuñado es alérgico, pero a los gatos, pero vamos, que tiene uno cerca y se le pone el cuello que parece que lleva una bufanda, lo que yo les diga, una cosa tremenda. Por eso no tenemos gato, aunque yo creo que tampoco tendríamos si no lo fuera, y eso que yo me he criado entre ellos. Porque en la casa de vecinos que yo vivía de pequeño teníamos una vecina que siempre tenía unos pocos, por lo menos cinco o seis, y jugábamos con ellos y se nos colaban en las casas. Anda que no había que tener cuidado con la comida.

Y hablando de patios de vecinos, anda que no tenemos ya cerquita que se abran los nuestros, los de ahora, que son los de antes pero convertidos en una especie de museos o algo parecido, para explicarnos. A mí me gustan mucho, porque me recuerdan cómo vivíamos muchos cordobeses hasta no hace tanto y eso es muy bonito. Esas tradiciones que no deberíamos perder, como la de hacer torrijas y pestiños por estas fechas. Y roscos fritos, aunque tengo que reconocer que en mi casa nunca han salido bien del todo, que aunque buenos de sabor al rato estaban duros como piedras.

Por eso yo creo que hemos dejado de hacerlos. Y más ahora, que es tan difícil encontrar las gaseosas de El tigre, que más de uno seguro que se acuerda. Yo, si sobraba, me encantaba tomármela sola, con un chispo de agua, que era como una gaseosa de las otras pero a lo bestia. En fin, que qué bonito este tiempo a pesar de las alergias.

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