Pedro y Pablo Picapiedra no representan la talla del hombre clásico, apolíneo, pero sí al hombre como proveedor de alimentos para la tribu. Betty y Vilma, al contrario, sí comparten los cánones de belleza femenina, delgada y estilizada, y al mismo tiempo cumplen el estereotipo de la mujer como ama de casa. "La idea que tiene la gente de la Prehistoria es una ficción como Los Picapiedra".

Así ha concluido su reflexión inicial la catedrática en Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, Marga Sánchez, en una nueva conferencia dentro del ciclo Los Miércoles en el Museo Arqueológico de Córdoba que ha versado sobre los mitos que han rodeado a la historiografía relacionada con las mujeres durante la prehistoria y en el que ha presentado su libro Prehistorias de Mujeres.

La trayectoria de Sánchez está avalada por sus numerosas publicaciones y estudios científicos, en los que aborda las relaciones entre el patrimonio arqueológico y la sociedad; pero también es una cara conocida por su actividad en redes sociales como por su participación en numerosos programas de televisión, entre otros La aventura del saber o El condensador de Fluzo, programa de divulgación científica que emite La2 de TVE. 

Es por ello, siendo una de las científicas más influyentes en su campo, y por su celebrada forma de divulgar la prehistoria que Sánchez ha llenado la sala este miércoles en el Museo Arqueológico de Córdoba. "Creo firmemente en la divulgación", ha defendido la catedrática como método para derribar las desigualdades entre hombres y mujeres que ha sustentado la ciencia a lo largo de la Historia. "¿Qué sentido tiene que sigamos creyendo en que las cosas no eran como cuenta?", ha continuado.

"Nadie puede decir que las mujeres no han cazado en la Prehistoria, nadie", ha resaltado en varias ocasiones la catedrática. Sin embargo, ha señalado que para afirmar que sí tienes que demostrarlo con unas pruebas científicas, siendo mucho más laxos, en este sentido, "con los hombres". 

Sánchez se ha remontado a los inicios de la arqueología como ciencia, en el siglo XIX, subrayando que ha sido una ciencia "muy injusta con las mujeres". Según ha explicado la catedrática, la arqueología surge en un contexto muy complicado: "La revolución francesa nos liberó, pero no a las mujeres, que seguíamos sin ser ciudadanas". Entonces la arqueología la hacían los hombres de las elites intelectuales, que elaboraron unos discursos en el que los hombres acaparaban el protagonismo de las actividades de la Prehistoria, ha desarrollado más adelante.

Para Sánchez la arqueología mantuvo ese discurso desigual durante todo el siglo XX, sobreviviendo a todos los paradigmas teóricos, incluyendo el materialismo histórico. Y continúa en la década de los 60 en adelante con la ficción de Los Picapiedra, como ha explicado. "Los Picapiedra tienen una tesis doctoral", ha bromeado, aunque se observa en ella un verdadero análisis del asunto. 

La catedrática ha denunciado ampliamente los estereotipos entre géneros que ha alimentado la arqueología, criticando la explotación del término Venus como concepto histórico de sensualidad y sexualidad femenina, para referirse a figuras arqueológicas de la prehistoria: "Me sienta mal porque no es cierto, en esa afirmación estamos perdiendo mucha información".

Al mismo tiempo también ha criticado la representación artística de la mujer como una venus, mientras el hombre era representado como cazador, proveedor. "Esos estereotipos han sido los que han contribuyeron a esa desigualdad", ha insistido.