La candidata del PSOE llega a las elecciones municipales de hoy tras una campaña atípica. Y es que Isabel Ambrosio ha tenido claro desde el primer momento que la ella es la marca y su presencia ha destacado muy por encima de las siglas del partido. Su objetivo ha sido el de eludir desde el primer momento todo lo que sonara a confrontación y ha optado por presentarse ante la sociedad cordobesa como una cara amable. Las palabras que más ha repetido en estos días son las de "un cambio tranquilo para Córdoba", "preocupación por las personas", "mano amiga" o "devolver la sonrisa". Y es que sabe que tiene opciones -así lo dicen las encuestas- de convertirse en la primera fuerza de la oposición en Capitulares, lo que significaría sacar del pozo a su partido, que es la última fuera plenaria. Su momento más destacado de la campaña ha sido el acto en el que contó con el apoyo de la secretaria general del PSOE y presidenta de la Junta, Susana Díaz, si bien en la presentación de sus proyectos se echado en falta más presencia de público. Apenas ha destacado cuestiones concretas del programa, ya que su apuesta personal ha sido la de enviar ese mensaje de que las personas son lo primero, por encima de cualquier otra cosa, y que "ninguna familia se quede atrás" en la salida de la crisis. La encuesta de Commentia para el Grupo Joly le otorga al PSOE cinco concejales, frente a los cuatro actuales, pero colocarían a Ambrosio por encima de IU, Ganemos y Ciudadanos. Ante la posibilidad de acuerdos postelectorales, la candidata se ha mostrado siempre dispuesta a dialogar con todos, a excepción del PP, si bien no ha terminado de aclarar hasta dónde estaría dispuesta a llegar en un posible pacto con otras fuerzas para desbancar a José Antonio Nieto de la Alcaldía.