El ansia del aficionado por ver jugar a los fichajes se puede entender, pero en los entrenadores esa falta de prudencia cada vez más usual chirría. Con el marroquí en el campo, el Sevilla perdió el sitio, el balón y el pasillo central.

El modelo sigue teniendo dificultades para generar juego en los últimos metros. Munir se perdió en la banda y sólo cuando Jesús Navas actuó de extremo el Sevilla dominó la situación.

Alinear un medio menos al cambiar el esquema a un 1-4-2-3-1 dio vida a las transiciones del rival.

El Sevilla de Lopetegui gana un partido muy táctico en el que perdió el centro del campo y lo volvió a recuperar. Defendió con balón con Óliver y el ‘Mudo’ y sólo fue inquietado en estrategia.

El Sevilla renunció a la posesión y a la presión y volvió a sufrir en el lateral.

Cuando el Atlético atacó de verdad a Reguilón con Correa acabó el control que Óliver había logrado generar. Que Jesús Navas defienda el juego aéreo es consecuencia de otro riesgo asumido.

Con un lanzador como Parejo, no asignar marcas al hombre es un suicidio.

Lopetegui hizo una excelente gestión de los 90 minutos aguardando al desgaste físico del Getafe. Óliver Torres y Franco Vázquez abren más líneas de pase y acaban con el bloqueo.

Que los delanteros del Sevilla, llámense como se llamen, no vean puerta es cuestión de un modelo que explota más la llegada y la asociación de interiores y extremos. Franco Vázquez, sus goles y sus ocasiones, fue el ejemplo.

El equipo de Lopetegui tardó en buscar otros recursos distintos a atacar los espacios con cambios de orientación. Los nervionenses perseveran y no desisten ante los fallos ante el gol.