Manuel Torralbo. Rector de la Universidad de Córdoba: "Unidos contra la violencia de género: el compromiso de Andalucía"
25N- Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra las mujeres

La violencia contra las mujeres afecta a toda la sociedad, y como parte de ella, también a la Universidad de Córdoba (UCO). Siendo conscientes y reconociendo esta realidad incuestionable, nuestra universidad ha actualizado su Protocolo para la prevención y protección frente al acoso sexual, por razón de sexo, orientación sexual o identidad de género. Este avance es esencial, pero la verdadera transformación requiere el compromiso colectivo de la comunidad universitaria. La pregunta clave es: ¿cómo hacemos de nuestra universidad un espacio seguro?
La prevención debe ser un esfuerzo conjunto, asumido como propio por toda la comunidad universitaria y que no se limite al diseño de protocolos. Es fundamental la implicación activa de estudiantes, profesorado y personal técnico, de gestión, de administración y servicios (PTGAS) en la denuncia y sensibilización. Iniciativas como los nuevos puntos violetas en nuestros campus son un claro mensaje de cambio. Estos puntos no solo sirven para intervenir en casos de acoso, sino que simbolizan apoyo y compromiso sin paliativos en la lucha contra la violencia de género.
Del mismo modo, la investigación académica desempeña un papel crucial para comprender y erradicar esta violencia, mientras que la formación continua de toda la comunidad universitaria resulta indispensable para transformar conductas. Esto garantizará que las futuras y futuros profesionales estén preparados para prevenir y abordar estos problemas en la sociedad.
La colaboración es clave en este esfuerzo. La Red de Equidad puesta en marcha por la Universidad de Córdoba, junto con los equipos directivos y la Unidad de Igualdad, deben coordinar actividades y trabajar de forma conjunta para lograr un impacto real. Solo uniendo fuerzas se podrán implementar acciones efectivas.
En conclusión, para que la Universidad de Córdoba sea un espacio libre de violencia de género, toda la comunidad debe comprometerse activamente con este cambio. Una universidad que no protege a sus integrantes no puede considerarse verdaderamente transformadora. La lucha contra la violencia de género es una responsabilidad compartida que demanda acción, sensibilidad y compromiso continuo.
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