Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

No salimos mejores

Me da coraje que para algunos todo esto de la cuarentena hay supuesto una profunda reflexión

Caminando hacia la nueva normalidad reflexiono sobre lo poco que he aprendido en esta etapa convulsa de crisis sanitaria. Nos estallan en la cara los mensajes positivos y los reconocimientos al trabajo de todos cuando aquí solo ha importado el trabajo de unos pocos. Me echo a la calle y me cuesta pensar en que el concepto de nueva normalidad suponga alguna cosa más que hacer lo mismo de siempre pero llevando mascarilla. Me da coraje que para algunos todo esto de la cuarentena haya supuesto una profunda reflexión acerca de lo corta que es la vida mientras otros no tenían oportunidad alguna de plantearse nada porque estaban enfrentándose al virus sin ningún tipo de protección. Detesto que elevemos el nivel intelectual de nuestras conversaciones como si fuéramos alguien mejor después de haber pasado dos meses y pico encerrados en casa.

No salimos mejores, somos los mismos que éramos a mediados de marzo, solo que se nos ha permitido tener más tiempo para echar de menos, para cocinar, para lamentarnos o para seguir una rutina de ejercicios en Youtube. No somos mejores que antes de la pandemia porque nos siguen importando las mismas mierdas de siempre y continuamos preocupándonos de nosotros y nada más que de nosotros. Y esto va desde el político que infla dinero al sector turístico para rescatarlo mientras deja en manos de las ONG la ayuda social hasta el fulanito que busca el salvoconducto para alguna gilipollez que va a poder hacer en una semana pero que necesita tener justamente en este momento.

No creo siquiera que esto nos afecte más allá de lo que nos impactó estar encerrados. Dudo muchísimo que hayamos encontrado respuesta a las incertidumbres universales que nos planteamos aquellos días de frío o que hayamos hecho algo por cambiar lo que nos disgustaba una vez que se fue acercando aquel calor insoportable. Puede que hayamos tenido miedo a pisar la calle y que nos haya supuesto un auténtico logro sentarnos en una terraza, pero no, eso no nos hace mejores. Es un canto más realista que pesimista y seguramente desacertado para quienes hayan trascendido más allá de sí mismos en esta cuarentena. Pero no, no salimos mejores, salimos iguales que cómo entramos, hasta arriba de mierda cubiertos de autoconvencimiento.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios