En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

El perro flaco de la N-432

Dice el certero refrán que a perro flaco todo son pulgas, un dicho que se podría aplicar a nuestros pueblos, esos -no sé si llamarlos- de la Córdoba vaciada, un término tan de moda por desgracia en los últimos tiempos. Unos tiempos difíciles para el mundo rural, en el que la desaparición de servicios es una constante a la par que la sangría gota a gota en el padrón. La realidad es que, según el Instituto Nacional de Estadística y según hemos sabido estos días, en Córdoba el 92% de los pueblos ha reducido su padrón en la última década, es decir, nueve de cada diez. Con la circunstancia de que las localidades que ganan vecinos en este contexto son la excepción. Tan solo son seis: La Carlota, Villafranca, Guadalcázar, Almodóvar del Río, Obejo y Lucena. Cinco de ellas se sitúan en el ámbito geográfico de Córdoba capital, que con el paso del tiempo empieza a construir un cinturón de municipios dormitorio a los que escapan algunas familias que de alguna manera se ven expulsadas por el alto precio de la vivienda en la capital y por los beneficios que aportan las telecomunicaciones y las carreteras de alta capacidad. Esa es la realidad de Córdoba, no muy distinta a la de casi todo el resto de España, sí, mientras los gobernantes no dan con la tecla que pueda frenar esa desertización humana a la que parece que están condenados nuestros pueblos también por la inacción o decisiones de índole político.

Con ese panorama, también en estos días se ha dado un ejemplo de ese refrán que reza que a perro flaco todo son pulgas aplicado a la provincia de Córdoba por el Gobierno central -y más concretamente a la comarca del Guadiato-. El Ejecutivo ha aprobado el estudio informativo de la futura autovía A-81, la alternativa a la siniestra carretera N-432 -Badajoz-Córdoba-Granada-, que supondrá que el primer tramo de la misma que debe recorrer la geografía cordobesa -el que discurre entre la localidad pacense de Zafra y Espiel- será una carretera convencional. O sea, que la autovía en todo el sentido de la palabra acabará en Zafra y a partir de ahí la vía será de doble dirección, como la N-432, lo que supone un engaño a Córdoba. Sin entrar en que a uno lo puede poseer el espíritu de Santo Tomás a la hora de si se cree o no que finalmente la A-81 será una realidad -de momento se plantea un horizonte de más de 30 años para que esté en servicio-, lo que sí está claro es que lo que siempre se ha hablado como desdoble de la N-432 es visto lo visto poco menos que el timo de la estampita para una comarca deprimida, en particular, y para una provincia en general. Ahora es cuando se tiene que ver a los políticos de la comarca, en particular, y de Córdoba, en general, reivindicando que el Guadiato también existe, cogiendo si es necesario las pancartas contra el perro flaco de la N-432.

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