Los pactos de perdedores son un engaño a los electores que propician legislaturas cortas, tremendamente ineficaces en la gestión e incluso dadas a la corrupción. Con esas alianzas contra natura en busca del poder por el poder acaban gobernando por su propia supervivienvia y se olvidan de la gente". Esta frase, bien construida y que expresa con claridad meridiana cuanto el Partido Popular ha venido defendiendo los últimos años a propósito de los pactos que la izquierda ha alcanzado para, dentro de la legalidad, evitar gobiernos populares, no ha sido pronunciada por Soraya Sáenz de Santamaría tratando de defender, desde la coherencia, la evidencia de su victoria y la necesidad de articular una lista única. No son palabras de Soraya, lo son de Pablo Casado sobre ciertos acuerdos de socialistas y Podemos.

"La democracia es el gobierno de la mayoría y no de minorías que no tienen intereses comunes y se unen al final para sacar al poder a quien ganó las elecciones en mayoría". No es tampoco Soraya ni ninguno de sus apoyos quien formula esta razonable frase. Fue María Dolores de Cospedal no mucho tiempo atrás. La misma que en plena campaña de las primarias se arrepentía (a buenas horas mangas verdes) de no haber modificado la ley electoral con el objetivo de garantizar el voto de la lista más votada y acusaba sin tapujos a Casado de ser un enviado del aznarismo, después de que éste expresase que de perder no aceptaría cargo alguno, pues -y vuelvo a las comillas- "yo no voy a pedir absolutamente nada porque no me siento representado por ningún otro proyecto". Fin de la cita.

Casado es un valor de extraordinario talento para el PP, con importantísimos apoyos. Será seguramente presidente del partido algún día, pero no debe serlo ahora. Iniciar la reconstrucción, refundación o regeneración, que cada uno llame a lo que hace falta como quiera, de una organización desde la incoherencia a planteamientos defendidos con uñas y dientes, con un importante déficit de legitimidad y buscando un pacto que más parecería un ajuste de cuentas de madrugada no traería nada bueno. No sólo proyectaría una imagen de partido ventajista, que retuerce argumentos en su exclusivo beneficio. Proyectaría división y una concepción de partido político próxima a la de una agencia de colocación o de simple gestión de intereses particulares. Nos hemos escandalizado de un pacto cuya única base era echar a Rajoy, y ese posible pacto tiene un tufo parecido.

"Que gobierne la lista más votada es el principal pilar de la regeneración". La frase no es mía. Es de Pablo Casado. Como dicen en las películas, no hay más preguntas, señoría.

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