¡Miedo me da!

Dizque el legislador pretende -nada más y nada menos- que la "modernización" del sistema educativo. ¡Loada sea tan… iluminada ocurrencia!

Sucedía allá por mediados de diciembre pasado. En este periódico, salía a la luz articulo con el siguiente titular: "La Ley de Educación: ¡Miedo me da!". A juicio del autor de esta opinión -y una vez leída con detenimiento- no nos queda otro opción que concluir: El autor de la misma -periodista y director de este periódico, Juan Ruz- no andaba precisamente sobrado de optimismo al reflexionar -en voz alta y clara- sobre la proyectada reforma -o derogación- de Lomce, a la que alude.

Dizque el legislador pretende -nada más y nada menos- que la "modernización" del sistema educativo. ¡Loada sea tan… iluminada ocurrencia! A nuestro juicio, al autor de la publicación no le faltan razones para estar preocupado por la proyectada "modernización".

Queda por ver si la situación de "miedo" a una potencial "modernización" del sistema educativo es patrimonio exclusivo del autor de la dicha "opinión" o si este sentimiento resulta extrapolable a otros miembros de la comunidad educativa: profesores, alumnos y sus progenitores, responsables de la administración educativa…

Para desgracia de los sufridos usuarios, las… "modernizaciones" del sistema educativo no nacieron ayer: Datan de tiempo ha (como trataremos de indicar). Y no son únicas: Cada formación política se fabrica su propia "modernización" cuando las posibilidades políticas resultan propicias a sus intereses. No cuando las necesidades del sistema lo demandaban. Porque los políticos, algunos -léase el legislador- no andan sobrados de cultura. No conocen otro lenguaje que no sea el insulto (lo vemos a diario en el parlamento). Y no funcionan al ritmo de las necesidades del sistema, sino al socaire de los intereses de la formación política de turno. Así nos va.

Y, así, nos tenemos que tragar los… "progresos" repartidos como churros por una cuadrilla de analfabetos que incurrieron, entre otras lindezas, en la ocurrencia de atribuir al latín y al griego la condición de "lenguas muertas", que supuso certificar la defunción de dichas materias en las aulas y la cuasi desaparición de otras en detrimento de la formación de nuestros estudiantes. Eso sí: implantando una situación de anarquía tal en los centros educativos que, por su peligrosidad y por la falta de rendimiento académico que genera, "Miedo me da".

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