Guadiato hoy

Quedarse de brazos cruzados no es lícito, pero mantenerse en la queja y en el sueño del añejo maná tampoco

Una comisión de la comarca del Alto Guadiato acudió el lunes a Bruselas para elevar su voz y pedir a las administraciones que no se olviden de esta zona de rico pasado minero e incierto futuro. Entre otras cuestiones, reclamaron al Gobierno español que haga frente a la deuda que mantiene de la última convocatoria del Plan Miner para la reactivación de las cuencas mineras, montante que cifran en 23 millones, y reclamaron que la comarca vuelva a entrar en estas subvenciones pues de lo contrario no ven mañana. Una de las cuestiones que allí se criticó, y que comparto, es que las anteriores ayudas se gestionaron mal, o terriblemente mal, por lo que no han supuesto el revulsivo industrial que se esperaba. Tal idea la defendió el veterano sindicalista de CCOO Carlos Núñez, que lleva en este asunto varios lustros, y también la suscribió Pedro Ángel Cabrera, portavoz en Peñarroya de IU, un partido que en el Guadiato encuentra un buen campo de trabajo para su discurso más convencional, el lastimero. Cabrera dijo en concreto que la Junta es culpable de que se hiciesen con el dinero de los Miner proyectos como el hospital de Peñarroya, cuestión que me dejó helado, la verdad, porque recuerdo como si fuese ayer al alcalde Rafael Muñoz, baluarte provincial de IU por entonces, protestando ante El Cabril para que se construyese dicho hospital. El tiempo, supongo, da lugar a estos olvidos, o quizá es que el ventajismo es cosa corriente. Más allá de eso, lo que tengo claro es que las demandas del Guadiato deben ser escuchadas y que no se puede hacer lo que hizo ayer el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, cuando, puesto de perfil, explicó que aquello del Miner se acabó según la UE y que no hay más que hablar. Digo en fin que el pasado ya es pasado, y lo mal hecho pues mal queda, pero ni deben los gobernantes olvidar sus errores de ayer ni tampoco obviar a una hermosa comarca que necesita de atención porque tiene recursos, personas y valores innegables aunque tal vez necesite mejores estrategias y liderazgos políticos y empresariales renovados. Quedarse con los brazos cruzados no es lícito y mantenerse en la queja, en la desmemoria y en e sueño del añejo maná tampoco. El Guadiato hoy necesita otra cosa porque las viejas recetas ni valieron ni valen.

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