En la Puerta del Sol, como el año que fue, otra vez el champán y las uvas y el alquitrán de alfombra están...que cantaría Mecano para decir adiós a 2021 y dar la bienvenida a 2022. Se nos va 2021, con sus alegrías y sus tristezas. Se nos va otro año covid en un momento en el que una de las noticias que sobresale sobre el resto es que la pandemia del coronavirus está disparada, un momento en el que los políticos apenas aciertan a gestionarla por lo impopular que seguro que piensan que puede ser aplicar fuertes restricciones en plenas fechas navideñas. Y se nos va 2021 con casi 15.000 personas en Córdoba con capacidad de contagiar el virus, una barbaridad.

Quien pensara que la pandemia estaba controlada a estas alturas, se equivocaba. Es más, el año 2022 será otro año covid con la incógnita de saber qué nueva variante vendrá a poner en jaque a la sociedad. No queda otra que convivir con esta nueva realidad que condiciona la vida de todo el mundo y hacerse a la idea que esto es una ruleta rusa en la que algún día, tarde o temprano, acabará descargando una bala con el virus grabado sobre ti o sobre mí. De momento, día a día los contagios se multiplican mientras a veces parece que se nos ha olvidado que el llamado SARS-CoV-2 sigue amenazándonos. Si no lo han hecho todavía, váyanse haciendo a la idea de que ha llegado para quedarse, como ha quedado patente en este 2021.

Un 2021 que acaba sin saber qué va a ocurrir cuando pasen estas fechas navideñas respecto a las medidas que se tomen contra la actual virulencia de esta plaga del siglo XXI que amenaza con seguir desbocada durante el mes de enero. Insisto, con el actual panorama no se entiende cómo las restricciones apenas acompañan. Es lógico que se tengan ciertos reparos a la hora de poner en marcha iniciativas que afecten a la restauración, la hostelería y el ocio nocturno, por ejemplo. Bastante castigados han estado estos sectores desde que comenzó la crisis. Pero no se entendía cómo en un tiempo en el que el día a día de los contagios es el que es, no se hubieran tomado medidas drásticas respecto, por ejemplo, a los aforos de los grandes eventos, como los partidos de fútbol. No obstante, ha sido solo cuestión de tiempo, porque a esto no hay quien lo pare. Mientras tanto, el personal continúa con unas ganas tremendas de fiesta, algo muy loable siempre y cuando se respeten las normas que eviten que se sigan multiplicando los casos de infectados.

Pero a veces esas ganas de fiesta nos hacen olvidar que continuamos siendo diana del covid-19. A ver si espabilamos los que estamos vivos y en el año que viene nos reímos, que cantaría también Mecano en ese tema titulado Un año más. Un año más, el 2022, el que nos espera, en el que estamos llamados a haber aprendido de la experiencia covid, por nuestro bien y el de la sociedad. Solo así podremos vencer al virus.

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