CÓRDOBA | MÁLAGa · MARCAJE AL HOMBRE

Vuelve la efímera seguridad atrás

  • El capitán recuperaba la titularidad y tiró de experiencia para secar a los puntas malacitanos, que no pudieron superarle en ningún momento · Una sobrecarga en los isquisiotibiales le retiró del campo

Llegaba el líder al Arcángel con las dudas del Córdoba en la parcela defensiva. Siete goles encajados en los tres últimos partidos denotan una fragilidad de la zaga que sólo la figura del Pierini podía borrar. Cuando el gran capitán no figura en el once inicial del equipo blanquiverde la solidez defensiva del Córdoba salta por los aires. Desde el primer minuto se vio al conjunto de Paco Jémez seguro atrás, con la figura imponente del 6 anticipándose a cuanto balón pasaba por su lado. Demasiado se hablaba de la cantidad de goles encajados por los cordobesistas y que tantos puntos han costado en los últimos partidos. Para cerrar la sangría, el míster blanquiverde optó por suplir a David Valle bajo los palos para darle la titularidad a Julio Iglesias. Pero el salto de calidad defensivo llegaba con el retorno de Pierini. Seguro por arriba, anticipándose a Rosado primero y a Baha después, tiró de experiencia para secar a los puntas malacitanos, que no podían superarle en ningún momento.

Su falta de ritmo -tres partidos fuera del terreno de juego por lesión- apenas si se notó en la primera mitad, en la que siempre estuvo perfecto al corte cuando Diego Reyes perdía la posición. Cierto que se le echaba de menos en las jugadas a balón parado, en las que esta vez el principal referente fue Pablo Ruiz, autor del gol de la victoria a la salida de un córner.

Puntas eléctricos como Rosado y Baha siempre se encotraban con el muro que ayer fue Pierini, resolutivo en el corte y mandón para sacar a la defensa del área cordobesistas y tirar el fuer a de juego. Pero un Córdoba sin despistes defensivos no sería el Córdoba que cada quince días batalla en el Arcángel. El tanto malacitano llegó tras una cadena de errores de la zaga. Pierini intentó cerrar la llegada de Cheli por la derecha, completamente solo, pero nada pudo hacer para evitar el tanto visitante.

Sólo una fivolidad al comienzo de la segunda mitad, cuando intentó el regate con dos malaguistas presionándole, llevaba el nerviosismo a la zaga blanquiverde, imponente hasta el momento. Los apuros llegaron con la expuslión de Ito a los pocos minutos de la reanudación, lo que obligaba a exprimir a los centrales. Poco a poco la inactividad le pasaba factura al capitán, que denotaba cierta lentitud en llegar al corte. Providencial en dos ocasiones para evitar el peligroso remate de Baha primero y Paulo Jorge después. El último esfuerzo llegó a falta de once minutos del final para ganarle un mano a mano al portugués y evitar la igualada. Demasiada exigencia para el central en su reaparición. Tuvo que ser sustituido por Antonio. La solvencia y seguridad atrás vuelve a ser efímera si se confirma la sobrecarga, aunque Paco Jémez y la afición blanquiverde esperan que su baluarte vuelva ante el filial sevillista. Sería buena señal.

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