Córdoba CF

Las siete razones de la destitución de Enrique Martín en el Córdoba CF

  • El escaso dominio de las áreas y las dudas del sistema han sido un lastre en lo que va de campaña

  • El mal estado de forma de hombres clave y la plaga de lesiones han penalizado al técnico navarro

Enrique Martín dialoga con Alfonso Serrano durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva.

Enrique Martín dialoga con Alfonso Serrano durante un entrenamiento en la Ciudad Deportiva. / Juan Ayala

Octavo en la clasificación, a siete puntos del líder, dos del play off y apenas tres de los puestos de descenso, el arranque de temporada del Córdoba CF anda muy lejos de ser el soñado por el club y sus seguidores. El conjunto blanquiverde sólo ha ganado tres de los nueve partidos disputados por su falta de dominio en las áreas y unas dudas en cuanto al juego que se traducen en sensaciones realmente negativas, lo que se ha traducido en la destitución de Enrique Martín. Ni el técnico, como siempre el principal señalado en tiempos de crisis, ni la plantilla han dado el nivel exigido para un aspirante al ascenso que el domingo ante el San Fernando afronta toda una final bajo un ambiente de crispación y preocupación a partes iguales, y sin saber muy bien quién se sentará en el banquillo. Porque lo único cierto y verdad es que ha llegado el momento de cambiar tendencias y acabar con ciertas inquietudes que no son buenas compañeras de viaje y que ya se han cobrado su primera víctima.

Dificultad para ganar

El CCF sólo ha ganado un tercio de sus encuentros.Y ninguno lejos de El Arcángel. Todavía no ha enlazado dos triunfos seguidos y sólo ha conseguido una victoria en las últimas seis jornadas. Está claro que la fiabilidad que podía esperarse del plantel cordobesista no existe como tal. Baste como dato que sus tres únicas alegrías en lo que va de curso han sido por la mínima y con muchísimo sufrimiento. La primera ante el Recreativo Granada llegó en el alargue y con un penalti; la segunda ante el Real Murcia también se fabricó desde los once metros, y la última ante el Cádiz B tuvo que esperar al último minuto del tiempo extra –luego se prolongó cuatro más por la celebración– para hacerse efectiva, también con el balón parado como origen. Por si fuera poco, el equipo no ha sido capaz de mantener rentas a favor: un gol en Sevilla para terminar cayendo y dos en Algeciras para ceder un empate.

Problemas en las áreas

El balance goleador ahora mismo es cero, pues los blanquiverdes llevan una decena de goles a favor y los mismos en contra. La principal sangría está de visitante, con ocho tantos encajados en cinco salidas, concentrados además en las cuatro últimas con dos por partido (sólo el Villarrubia se quedó a cero, aunque chocó tres veces con la madera). A Enrique Martín no le funcionó el plan inicial de protegerse con una línea de tres centrales, ni tampoco el paso a la clásica de cuatro defensas. Ese hándicap, además, ha chocado con la falta de acierto ante el arco enemigo, aunque la dificultad es mayor para crear ocasiones con continuidad, si bien las que acumula el equipo suelen ser claras. La escasa aparición en el área de los puntas (Owusu es el que más lo intenta, pero es poco efectivo), pese a la alternancia en la titularidad de Juanto Ortuño y Gabriel Novaes no está siendo compensada con la aportación de los futbolistas de segunda línea.

A vueltas con el dibujo

Durante toda la pretemporada, con escasas variaciones, y las seis primeras jornadas ligueras, Martín caminó sobre un sistema con tres centrales y dos carrileros largos que sobre el verde se plasmaba en algo similar a un 3-3-2-2. El resultado no fue bueno. La teórica fortaleza que debía ofrecer el equipo en el juego sin balón no fue tal, y encima se vio acrecentada por la dificultad para crear en acciones ya con la posesión de la pelota. Ante tal situación, el técnico optó hace tres partidos por virar el paso e imponer un sistema clásico que parte del 4-2-3-1 y en ocasiones dispone dos puntas. Sin embargo, no está siendo tampoco la panacea, pues los errores se mantienen, si bien el grupo parece algo más equilibrado. Pero el problema principal es que el Córdoba sigue sin tener claro a qué jugar, se pierde demasiado en desplazamientos en largo, no es capaz de hilvanar combinaciones con cierto criterio y, en definitiva, continúa siendo muy plano y previsible.

Mal estado de forma

El conjunto cordobesista cuenta en su plantilla con una serie de jugadores de superior categoría que han comenzado lejos del nivel de juego esperado. Por tanto, esas diferencias que deberían marcar en el terreno de juego no están siendo tales. El técnico señaló a algunos jóvenes a los que les está pudiendo la presión de vestir la camiseta del CCF (Víctor Ruiz es el ejemplo más claro), pero otros veteranos no están rindiendo por otros motivos. Los casos más significativos son De las Cuevas, a pesar de que mantiene estatus de titular; Imanol García, que ya ha sufrido el lógico banquillazo por sus problemas para controlar la medular; Chus Herrero, incapaz de tirar de galones en el centro de la defensa, y los laterales Fernández y Raúl Cámara, a los que el hecho de jugar adelantados no les ha favorecido tampoco. El único jugador que, con cuentagotas, ha dado alguna muestra de la clase y calidad que atesora, ha sido Javi Flores, aunque tampoco ha tenido continuidad en sus actuaciones.

Forniés, del Cartagena, dispara ante Fidel Escobar y perseguido por Xavi Molina, ahora lesionado. Forniés, del Cartagena, dispara ante Fidel Escobar y perseguido por Xavi Molina, ahora lesionado.

Forniés, del Cartagena, dispara ante Fidel Escobar y perseguido por Xavi Molina, ahora lesionado. / J. M. Rodríguez

Una plaga de lesiones

Ya sea por simple mala fortuna o por un tema de preparación física, lo cierto es que el Córdoba ha acumulado en este primer cuarto de temporada una buena serie de lesiones, la mayoría de índole muscular, que han frenado también de alguna forma los planes que tenía Enrique Martín. Fernando Román, Fidel Escobar, De las Cuevas, Juanto Ortuño o los todavía inquilinos de la enfermería Jesús Álvaro, Chus Herrero, Javi Flores y Xavi Molina han tenido que parar en algún momento del curso. Para la final del domingo ante el San Fernando, el CCF espera recuperar al lateral zurdo y el central, mientras que los otros deberán esperar algún tiempo más para firmar su vuelta al equipo. La duda ahora mismo se centra en el pivote catalán, que está a la espera de conocer el alcance exacto de la lesión que le obligó a dejar al equipo en inferioridad numérica en el Cartagonova, dado que el técnico ya había realizado los tres cambios.

La planificación, en entredicho

Los problemas económicos que viene padeciendo el club de un tiempo a esta parte impidieron a la dirección deportiva construir una plantilla redonda. Muchos de los jugadores que fueron tocados por Alfonso Serrano y su equipo desecharon la propuesta por temor a futuros impagos, aunque ya hayan comenzado algunos retrasos en la primera plantilla que tornan en situaciones más graves en el resto de esferas de la institución. Un mes estuvo el Córdoba sin fichar, y al final tuvo que completar con jugadores que no eran ni de lejos sus primeras opciones una plantilla que se ve descompensada a todas luces. Y ahí sí tienen su cuota de responsabilidad los responsables técnicos, que acumularon centrales por un tubo para, en teoría, jugar con un sistema predeterminado que ya ha pasado a mejor vida, y dejaron sin doblar otras posiciones (el lateral izquierdo, el pivote defensivo o los extremos). Al final, el cóctel dibuja un grupo alejado de las pretensiones iniciales, aunque con mayor capacidad de la mostrada hasta ahora.

Los rivales sí funcionan

De los teóricos enemigos para pelear por las cuatro plazas de play off, esos seis o siete equipos que Enrique Martín colocó en sus últimas apariciones públicas en la rampa de cabeza, sólo el UCAM Murcia ha arrancado peor que el Córdoba. Los murcianos, que ya cambiaron de entrenador hace unas semanas, ganaron el pasado domingo su segundo partido y están fuera de los puestos de descenso sólo por su balance de goles. El resto de aspirantes va por delante de los blanquiverdes, situados en la octava plaza y con la amenaza de verse tan pronto en tierra de nadie. El rendimiento del líder Cartagena, sustentado principalmente en su fortaleza en el juego sin balón (dos goles únicamente encajados); el San Fernando, próximo rival cordobesista y único que lleva toda la campaña entre los cuatro primeros; el Badajoz o un Marbella que continúa sin conocer la derrota tras nueve comparecencias está siendo sobresaliente. También están por encima el vigente campeón, el Recreativo de Huelva, o la Balompédica Linense, aunque sean más irregulares.

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