Córdoba CF - Mérida| El otro partido

El Arcángel regresa a la realidad de la liga

Los integrantes del Córdoba CF Genuine, en el césped de El Arcángel.

Los integrantes del Córdoba CF Genuine, en el césped de El Arcángel. / Miguel Ángel Salas

Que el Córdoba CF se alzara con la Copa Federación en El Arcángel ya forma parte del pasado. La foto de Javi Flores levantando el trofeo de campeón ante la afición blanquiverde quedará para la historia y en el fondo de pantalla de los móviles y tablets de aquellos más sentidos con su club. Pero la temporada sigue, y la liga, como todos saben, es lo primordial.

Aquel fortín de más de 13.000 aficionados que vibraron con el gol del capitán se quedó en un registro meramente ocasional. Era una final de Copa, motivo más que suficiente para acudir sin falta a animar en el estadio. Pero la liga también mola y, sin embargo, El Arcángel volvió a la realidad.

Trigésima jornada liguera y el Mérida visitaba tierras califales. Ambiente frío, no solo por la temperatura, sino porque el grito de unas cuantas decenas de aficionados emeritenses eran los protagonistas. Ya no es el Córdoba de los récord tras perder ante el Villanovense en tierras extremeñas, pero sigue siendo líder y campeón de Copa. Y eso querían demostrar los de Germán Crespo en su feudo. Lo hicieron, pero ante los 6.000 de siempre, como en voz alta y con confianza, sabedor de lo que expresaba, dijo Javi Flores en rueda de prensa tras levantar el último título blanquiverde.

El de Fátima sabe mejor que nadie lo que es el cordobesismo y era más que consciente de que el partido del sábado ante el Mérida iba a ser ante "los de siempre". Esa afición blanquiverde que cantó el himno como siempre, desde el corazón, pero en una helada tarde que parecía pasar desapercibida entre encuentro de Copa RFEF y Copa del Rey. El derbi copero ante el Sevilla FC queda todavía lejos, era el momento de volver a la senda de la victoria en liga. Y por eso los de Germán Crespo volvieron a ganar.

Sin rodeos. Pese al inicio frío también de los jugadores, los blanquiverdes supieron levantar a la grada por medio del primer gol de Adrián Fuentes al poco del comienzo. El delantero tenía que marcar porque era su primera titularidad como punta referente en el once de Germán Crespo. No falló. Esa es la gran característica del Córdoba de este año, que no acostumbra a fallar. De hecho, sin hacer el partido más vistoso, demostró que el fallo cometido en Villanueva de la Serena no lo quieren volver a repetir.

Los 5.867 "de siempre" que fueron al feudo cordobés para ver a su equipo tampoco fallaron. Lo mismo que no faltaron a su cita los jugadores del Córdoba Genuine, campeones de liga recientemente. Ovacionados por todo el cordobesismo, dieron un rodeo por El Arcángel que cambió el frío por la fiesta y la alegría de unos jóvenes futbolistas que merecen todo el reconocimiento del mundo. Y así lo hizo una grada blanquiverde que, tras el descanso, pudo continuar la fiesta del fútbol celebrando el segundo gol de los suyos. Luismi se hizo la jugada a lo Juan Palomo, "yo me lo guiso, yo me lo como", y puso el tanto de la tranquilidad.

Sin embargo, más tranquilo iba a quedarse el partido con el 3-0. Quién si no iba a ser el revulsivo por excelencia de este imparable Córdoba, Antonio Casas. El rambleño no se lo piensa dos veces nunca, por eso levanta pasiones entre los aficionados. Desde lejos y ajustado al palo, la grada en pie aplaudiendo una nueva obra maestra. Esos "6.000 cordobesistas" a los que se refería Javi Flores hace unos días, disfrutaron de un partidazo más de su equipo en liga. La realidad de la competición de la regularidad no levanta títulos ni recibe campeones de Europa, pero hace a los suyos disfrutar como nadie y acercarlos a la mejor celebración posible, la del ascenso.

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