Los vecinos de Fátima recogen firmas para erradicar el menudeo de droga

El punto más conflictivo es la plaza Amanecer, donde se reúnen varios grupos de jóvenes · El colectivo vecinal cree que la solución es reforzar la presencia policial

Una de las avenidas del barrio de Fátima.
Una de las avenidas del barrio de Fátima.

Los vecinos de Fátima están cansados de no poder pasear por las calles de su barrio con tranquilidad debido a la presencia permanente de jóvenes dedicados al menudeo de drogas. El punto más conflictivo es la plaza de Amanecer donde, según el presidente del colectivo Amenecer de Fátima, Francisco Bellido, se concentran cada día varios grupos de personas "trapicheando con sustancias ilegales". Por ello, un número imporante de vecinos ha decidido recoger firmas para acabar con este problema "que trae de cabeza a todo el vecindario", recalcó.

Las rúbricas se entregarán en el Ayuntamiento, en la Subdelegación del Gobierno y en las dependencias de la Policía Nacional "para que nadie se quede sin concer la realidad que vive el barrio y poner de una vez por todas freno al menudeo de drogas". Según Bellido, la vía más fácil y eficaz para conseguir este objetivo "es reforzar la presencia policial en la zona". Y es que el menudeo de drogas está creando una sensación de total inseguiridad entre los habitantes de esta zona de la ciudad que, incluso, evitan pasar por determinados puntos. "No se puede tolerar que los vecinos sintamos miedo y que no podamos pasear tranquilamente por nuestro barrio, sobre todo en horario nocturno", reiteró Bellido.

Además, el problema se ve reforzado por la presencia de un asentamiento rumano en el futuro Parque de Levante, en la zona próxima al Instituto Gran Capitán. La asociación de vecinos ya denunció el pasado mes de abril a través de este diario de este acampamento "pero hasta el momento no se ha hecho nada y nuestra preocupación aumenta día a día", dijo el presidente. Este grupo de personas pasa la mayor parte del día en puntos de la barriada como las zonas infantiles, "lo que crea desconfianza entre los padres que ya no dejan a sus hijos que bajen solos a jugar con sus amigos". Por la noche vuelven al campamento en el que, según Bellido, "han construido una especie de chozas con plásticos, mantas y maderas". Esta imagen provoca "una visión muy negativa del barrio ante los ojos de los demás habitantes de la ciudad y de los visitantes", apostilló. Los vecinos sospechan que este asentamiento rumano fue expulsado hace unos meses de otra barriada de la ciudad. "Creemos que son los mismos que hace un tiempo se encontraban en otro punto y que, tras ser expulsados, han decidido venirse aquí", dijo el presidente. Ahora sólo espera que el actual esquipo de gobierno actúe con la "máxima urgencia posible".

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