El turismo desafía los días de más calor en Córdoba: "Nos sorprendió cuando llegamos"

Mientras los cordobeses buscan refugio en las playas más cercanas, huyendo de la ola de calor y del aviso rojo por altas temperaturas declarado por la Aemet, con temperaturas previstas de hasta 44 grados, los turistas siguen con su particular conquista de Córdoba y de todos sus lugares emblemáticos. Resistentes a todo, parecen estar hechos a prueba del abrasador sol cordobés que castiga a todo aquel que se atreva a echarse a la calle pleno agosto.

La media tarde cae en Córdoba en una jornada de agosto en las que las principales arterias de la ciudad presentan la típica imagen desértica de estas fechas, debido a la ausencia vacacional de sus principales moradores durante todo el año. Esta situación contrasta con el continuo paso de visitantes en los puntos más conocidos de la ciudad. La plaza de Las Tendillas, con sus 42 grados marcados en el termómetro, es el punto de encuentro de turistas que llegan a pie desde las distintas calles aledañas que desembocan en ella.

Turismo con aviso rojo por calor

Con el aviso rojo por altas temperaturas activado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para el martes en Córdoba las temperaturas llegaron a los 44 grados en la capital. Esta alerta, activa de 13:00 a 21:00, parece no disuadir a los turistas que han reservado unos días de sus vacaciones para visitar la ciudad de los cuatro Patrimonios de la Humanidad nombrados por la Unesco, haciendo para ello, en algunos casos, miles de kilómetros.

"Hace mucho calor, es cierto que nos sorprendió llegar aquí", comenta Vincent que toma un helado junto a su familia en una terraza de la plaza de las Tendillas. "Hemos pasado primero por Portugal en el inicio de nuestras vacaciones y es cierto que hay una diferencia de unos diez grados. Hoy con 44 grados hace muchísima calor, pero nos está encantando la ciudad", comenta este padre de familia francés llegado desde Calais, en el norte de Francia, desde donde el cambio de temperatura tienen que ser bastante extremo al llegar al sur de España.

"Hemos venido más veces, pero no en agosto"

Si escuchar un seseo por las calles de la Judería durante todo el año es complicado, en agosto es tarea imposible. El francés o el inglés son los idiomas más reconocibles en esta zona, que junto con acentos latinoamericanos (mexicano o argentino entre otros) y alguno propio de otras zonas de España, son los más escuchados en una de las áreas más concurridas de Córdoba. "Hemos venido toda la familia desde México. Aquí hace bastante calor, pero estamos acostumbrados. Además, ya que venimos tenemos que aprovechar", cuenta Raúl que, junto a su familia acaba de llegar a España procedentes de Ciudad de México y disfrutan de un tórrido paseo con destino final en la Mezquita.

Ya en los alrededores de la Mezquita, los grupos de turistas asiáticos se van haciendo cada vez más presentes. El Patio de los Naranjos hace las veces de oasis entre al ardiente asfalto que los rodea. A él no dejan de llegar personas con un objetivo claro: colocarse a la sombra y junto a la fuente de Santa María. En esta improvisada zona de descanso se encuentra Marta, de Tarragona, que junto a sus dos amigas (de Reus y Cambrils), están pasando unos días en Córdoba. "No es la primera vez que venimos, hemos estado otras veces, pero no en agosto, fue a finales de septiembre o principios de octubre, que se está algo mejor", comenta Marta, quien también señala que "esta calor es más seca, en Tarragona también hace calor pero es mucho más húmeda, es diferente".

Ni las temperaturas extremas parecen acabar con el atractivo de una ciudad que rebosa historia y tradición en cada uno de sus rincones. El deseo de pasear por sus calles y disfrutar de todo su patrimonio parece no entender de temperaturas o épocas del año, aunque siempre es recomendable resguardarse en las horas centrales del día durante estos días de temperaturas extremas para evitar que un susto empañe las vacaciones.