Lucía Luque, directora del Conservatorio de Danza: "Si todo el mundo se animara a bailar, tendríamos una sociedad mucho más feliz"

Los estudios de danza son una disciplina tan interesante como desconocida. Córdoba cuenta con el Conservatorio Profesional Luis del Río, el más antiguo de toda Andalucía y del que han salido varios referentes de la danza actual. La directora del centro, Lucía Luque, comparte sus reflexiones sobre los estudios de esta disciplina, los avances que se han llevado a cabo y todas las barreras ya derribadas.

Pregunta.¿Cómo fueron los primeros años del Conservatorio de Danza?

Respuesta.El Conservatorio Profesional de Danza de Córdoba es el más antiguo de toda Andalucía. Se fundó en 1966, comenzó en las instalaciones del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco a cargo del maestro don Luis del Río en la sección de Danza. En 1980, se crea la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, donde iban juntas ambas disciplinas, y se traslada al Palacio de las Quemadas. Luego, en 1997, se produce la separación definitiva de ambos centros. Justo cuando entré yo a trabajar en el conservatorio.

P.¿Qué barreras se han superado o quedan por superar en esta disciplina?

R.Sigue siendo significativo el menor el número de varones que tenemos frente al de mujeres. Este año, tenemos un total de 425 alumnos matriculados. De ellos, en enseñanzas básicas son 232, solo 15 varones; en profesional tenemos 193 alumnos, y de esos 14 varones. El dato sigue siendo minoritario. Pero sí notamos que se ha avanzado con respecto a los estereotipos sociales. La sociedad va abriendo su mente, pero siguen siendo una minoría. De aquí hago un llamamiento a todos los niños a los que les guste bailar para que se acerquen al centro, la danza no entiende de género.

P.¿Se ha avanzado en la conciliación respecto a los alumnos?

R.Mucho. Cuando yo era alumna, íbamos al instituto por la mañana y por la tarde al conservatorio en horario de 16:00 a 21:00. Cuando entré en la dirección en 2018, uno de los objetivos del proyecto era mejorar la conciliación del alumnado para que pudieran compaginar estos estudios con las enseñanzas de régimen general. Le presentamos a la Delegación un proyecto de conciliación, en colaboración con el instituto Luis de Góngora, y acogieron la propuesta con entusiasmo. Desde el año 2019-2020 que se aprobó, está funcionando. Ahora, todos los alumnos de quinto y sexto están en el plan de coordinación. A las 08:30, los profesores vienen aquí, a las 10:30 empiezan en la danza. Dependiendo de la modalidad de Bachillerato que cojan, a las 17:00 o a las 18:45 están acabados. Es un avance importante. Tiene una ventaja muy importante: los profesores saben que los alumnos pueden tener al día siguiente una actuación y se tiene en cuenta.

P.La especialidad de Contemporáneo ha sido una de las últimas incorporaciones.

R.El año que entré en la dirección, acababan de concederla. La directora anterior, María del Carmen del Río, había solicitado la especialidad. Era uno de los objetivos. Se graduó el año pasado la primera promoción. Es una especialidad de alumnado de diferentes edades, que también nutre el conservatorio.

P.¿Se ha visto alterado de forma considerable el currículo en todos estos años? ¿Quiere implementarse alguna lección nueva?

R. Como novedad, el alumnado de Baile Flamenco tiene las asignaturas de estudio del cante del acompañamiento y la guitarra de acompañamiento; esto antes no existía. Otra cosa que nos gustaría implementar son las enseñanzas de iniciación. Son unas enseñanzas reguladas en normativas, pero no implantadas en ningún lugar de España. Sería algo muy atractivo, porque son enseñanzas donde no existe ese carácter tan fuerte de evalución. Aquí tendría cabida una persona con 50 años que le encanta bailar, sin límite de edad. Aún no hemos conseguido que nos lo autoricen por falta de espacio, pero aspiramos a alcanzarlo algún día.

P.¿Cómo se prepara al alumnado para la vida profesional?

R. Nuestro calendario de actividades es inmenso, las tenemos trimestralizadas, pero hace dos cursos decidimos que, para quinto y sexto, en vez de participar en todas las actividades que se organizan, íbamos a focalizarlas en el exterior para que les sirva de trampolín de acceso a la vida profesional. Hemos hecho colaboraciones con la compañía de danza de Antonio Ruz. Actualmente son residentes en nuestro centro mientras terminan las obras en La Normal. Están en el aula que tenemos a la entrada, que este año pasado se inauguró con el nombre de Marilina Ferrer, y es uno de los elementos enriquecedores para los alumnos de quinto y sexto, ya que continuamente hacemos visitas a los talleres y residencias artísticas. Durante los dos últimos años, hemos hecho por el Día Internacional de la Danza una colaboración con bailarines de la compañía y alumnos nuestros. Cuando yo era alumna, eso era impensable. Luego, hacemos muchas colaboraciones con la banda y orquesta del Conservatorio Superior de Música. Llevamos dos años con un proyecto muy interesante en colaboración con el IMAE para celebrar el Día Internacional de la Danza con una gala en el Gran Teatro. Por otro lado, durante los meses anteriores a abril vienen coreógrafos de reconocido prestigio y realizan un trabajo de creación con nuestro alumnado.

P.¿Os ve ya la sociedad como una enseñanza profesional o sigue habiendo mucho desconocimiento?

R.Creo que en eso se ha avanzado bastante. Nos sigue faltando difusión. La danza tiene una riqueza patrimonial muy importante, pero seguimos siendo una minoría a nivel social. Cada vez más, la gente nos va viendo y entendiendo que esto es una carrera y algo serio, y que se puede vivir de esto. Aquí tenemos ejemplos de antiguos alumnos, tenemos a Alicía García que es bailarina del Stuttgart Ballet, a Antonio Correderas que ha sido durante muchos años primer bailarín del Ballet Nacional de España, Javier Polonio que está en el Ballet Nacional de España... Tenemos constancia de que hay mucho talento y referentes, aquí se han formado muchos profesionales.

P.¿Qué le aportaría a la sociedad conocer más la danza?

R.Creo que si todo el mundo se animara a bailar, tendríamos una sociedad mucho más feliz, con mucho menos estrés. Yo animo a la gente a que baile, bailar es salud física y también mental. El rato que estás bailando hay una música que te ayuda a animarte. Cuando nos ponemos música en casa y estamos pendientes de nuestros cuerpos, no pensamos en otra cosa. Los seres humanos, cuando nos juntamos, acabamos cantando y bailando; el movimiento es muy necesario. Yo ahora veo a las generaciones muy sedentarias, ahora vienen los alumnos muy acortados a nivel muscular. Hay mucho sedentarismo y eso lo notamos.