Córdoba

El grupo que tramaba el cambio

  • Dos de los tres delegados que va a ser cesados participan en una corriente interna que preparaba iniciativas para favorecer una nueva dirección.

Pese a que la destitución de Luis Rey era cuestión de tiempo, el cese del delegado de Cultura, Joaquín Dobladez, y de Obras Públicas, Francisco García, de sus actuales cargos obedece a unas razones distintas. En el PSOE era suficientemente conocido, que la dimisión de García de la secretaría local no tuvo que ver con un fin de ciclo, como se dijo reiteradamente. Al contrario, ambos delegados formaban parte de un grupo interno que mantenía contactos frecuentes con el objetivo de tomar posiciones de cara al futuro del PSOE. En concreto, al futuro después de que se levantase la veda, una vez que se celebren las elecciones de marzo de 2011.

Ambos tienen puntos en común. García tiene un sólido prestigio en la Junta como gestor que lo ha mantenido en el cargo desde 1995. Se le considera como un especialista en materia urbanística, que ha mantenido sus propias posiciones independientemente de la coyuntura que se dictara desde la dirección del PSOE, como ocurrió en el caso Colecor. Ha estado, además, detrás de casi todas las inversiones de gran calado realizadas por la Junta en Córdoba. Desde el IAJ, Joaquín Dobladez articuló iniciativas culturales de calado que tuvieron su expresión final en Eutopía, probablemente la mayor aportación de la Junta al calendario de la ciudad. Desde la delegación, en la que lleva apenas dos años, trabajó de forma directa en los proyectos de la Capitalidad o la apertura de Medina Azahara como centro de referencia. Políticamente, ambos tienen puntos en común. Son personas muy cercanas al exvicepresidente de la Junta José Miguel Salinas, quien ha tenido siempre una relación fluida con Gaspar Zarrías. Francisco García fue el jefe de campaña de Salinas. Zarrías mantuvo a Dobladez como director general en la Consejería de Presidencia.

En el partido, se sabe que ambos formaban parte de un grupo más amplio -aunque no exactamente fuesen una multitud- que estaba manteniendo encuentros -internos y no publicitados- con otras personas para reflexionar sobre el futuro del partido y, en su caso, montar una alternativa política. Ese trabajo era visto con evidentes malos ojos por parte de la dirección del partido, que llegó a interferir en alguno de los encuentros para evitar que tuviesen lugar. Tras los ceses, ya tienen un grupo de oposición activo.

La versión más extendida es que el cierre de la operación de destitución de delegados se cerró en un encuentro que tuvo lugar la pasada semana entre la secretaria de Organización del PSOE andaluz, Susana Díaz, y el secretario provincial, Juan Pablo Durán. En fuentes del partido, se asevera que la opinión de Sevilla ha sido clave en el desenlace de esta cuestión, aunque el sector crítico considera que obedece, en su gestación, a intereses puramente matemáticos de futuros cónclaves internos del PSOE cordobés. Algunos consejeros afectados, por ejemplo, han expresado su malestar por la situación que se genera a raíz de los cambios de nombres en expedientes concretos que se tramitan en las delegaciones provinciales. El caso del plan especial de legalización de Colecor es más que evidente.

Francisco García dimitió junto a los números dos y tres de la ejecutiva local del PSOE, Crescencio Peñas y Rafaela Valenzuela. La edil queda en una situación bastante compleja puesto que, nominalmente, es la número dos del grupo municipal (lo fue de las listas) pero también es la única dimisionaria que se mantiene en un cargo público. La versión oficial es que dimitió para arropar al delegado de Obras Públicas.

En el partido, las diferencias de tono son evidentes en función de con quién se hable. Hay quien relata un déficit de democracia interna que señala a quien disiente. También hay quien censura la dimisión de García en un momento tan delicado -y que era inevitable separarlo de su cargo institucional- o la creación de grupos partidistas internos. El riesgo, empero, sigue estando donde estaba: en la retaguardia.

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