Andalucía

2022: Juanma Moreno y sus víctimas

  • Tres de los candidatos a las últimas elecciones autonómicas, Juan Marín, Macarena Olona y Teresa Rodríguez, no están en el Parlamento

  • Juan Espadas es un líder de transición en el PSOE de Andalucía, que vive estas horas sus días más amargos

  • Juanma Moreno traslada su mensaje a esta Nochevieja

Juanma Moreno se despide de Teresa Rodríguez en el último pleno de 2022.

Juanma Moreno se despide de Teresa Rodríguez en el último pleno de 2022. / Juan Carlos Muñoz

La célebre frase de Giulio Andreotti -"el poder desgasta a quien no lo tiene"- contiene una explicación más profunda que fue revelada por el propio político italiano, ex primer ministro y senador vitalicio hasta su ocaso: no se trata de la imposibilidad de ganar al que manda, sino de su acceso a la opinión pública, del tremendo instrumento electoral que supone ese balcón a la calle que es un Gobierno. Juanma Moreno entrará esta noche en los hogares andaluces, a través de la televisión, dará su mensaje de Año Nuevo a pocas horas de las campanadas, momentos vitales, tal como hizo en los días más duros de la pandemia. Tres de sus cinco contrincantes en las pasadas elecciones de junio no saldrán a responderle.    

El próximo 18 de enero se cumplirán cuatro años desde que Moreno fuera investido presidente por primera vez. En aquella ocasión, en 2019, aún era un dirigente medio del PP, un ex secretario de Estado de escasa proyección, al que acompañó una suerte inmensa. En junio de este 2022, obtuvo su primera victoria plena en las urnas, mayoría absoluta, 58 escaños, con una tasa de popularidad tan alta que consiguió que parte del centro izquierda terminase por votarle para impedir que tuviese que gobernar con Vox. Sólo unos meses después, el peso de esta mayoría se ha dejado ver en la oposición, y es que si el poder desgasta, lo otro achicharra.

Olona, en el Congreso, cuando se despidió para concurrir a las elecciones andaluzas. Olona, en el Congreso, cuando se despidió para concurrir a las elecciones andaluzas.

Olona, en el Congreso, cuando se despidió para concurrir a las elecciones andaluzas. / EFE

El Gobierno andaluz ha regresado a las mayorías absolutas de Manuel Chaves. Juanma Moreno lleva el depósito de combustible lleno y con autonomía para los próximos cuatro años, y lo que se comienza a palpar es que el ciclo del PP andaluz será largo, quizás dure hasta 2031 y eso hace y seguirá haciendo mella en la oposición.

No significa que Moreno repita como candidato en las próximas elecciones, tiene la voluntad personal de un relevo, pero quien sea su sucesor, si finalmente esto ocurre, contará con el viento a favor. La oposición se ha convertido en un erial, que es lo que suele suceder en los primeros años cuando se enfrenta a una mayoría absoluta. Como explica un parlamentario socialista, veterano en varios ámbitos de la política, hasta criticarle acarrea un coste. 

La primera víctima de Moreno, mortal, fue Ciudadanos. El partido de Juan Marín e Inés Arrimadas se quedó sin representación en las elecciones del 19 de junio y, por tanto, fuera del Gobierno andaluz, y lo que ahora vive el partido naranja es un choque mortal en forma de elecciones primarias que se solventará a mediados de enero. El diputado Edmundo Bal se enfrenta a la lista de Inés Arrimadas, que encabeza el eurodiputado Adrián Vázquez y que la política jerezana cierra de modo simbólico. A ella le acompaña el malagueño Guillermo Díaz, quien se encargó del proyecto de refundación de la formación.

Juan Espadas y su sucesor en el Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz. Juan Espadas y su sucesor en el Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz.

Juan Espadas y su sucesor en el Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz. / Juan Carlos Muñoz

El esquema de la lista de Adrián Vázquez adelanta que Inés Arrimadas ya no será la líder del partido, aunque se presentará a las próximas elecciones generales como candidata de Ciudadanos. La gestora andaluza le apoya, y también buena parte de Cataluña y Madrid, su victoria interna es posible, pero la resurrección del partido no figura en ninguna predicción seria.

Juan Marín ya sabía esto, y por eso intentó que la lista del PP en las elecciones de junio fuese compartida con Ciudadanos. Lo que no consiguió entonces, sí lo logró después. Prácticamente, todos los cargos, medios, altos y bajos, que formaron parte del Gobierno de coalición en la primera legislatura del cambio se han quedado en la administración andaluza.

Olona, la espantada

Macarena Olona fue la siguiente en caer, pero se esfumó, dio la espantada. La dirección nacional de Vox nunca tuvo claro que lo mejor fuese presentar a esta diputada valenciana a las elecciones andaluzas, pero Santiago Abascal lo decidió así porque la propia Olona ya había comenzado a calentar en Andalucía las expectativas de su candidatura, no presentarla hubiera acarreado otras lecturas que el líder deseo evitar. Así que Olona se lanzó y Abascal con ella, aunque ni uno ni el otro confió en el paso que ambos daban. La campaña electoral fue un desastre difícil de superar si no fuese porque las semanas posteriores a los comicios fueron aún peores.

Olona abandonó el escaño por unas supuestas razones de salud, superó todas sus cotas de histrionismo, se marchó de Vox y amagó con fundar otro partido, del que hoy ya nada se sabe. Abascal volvió a su plan inicial, a confiar en Manuel Gavira, que es el actual portavoz parlamentario.

No es la única. También se ha ido Teresa Rodríguez. La líder de Adelante Andalucía se había comprometido a dejar sus cargos públicos a cuando cumpliera ocho años de mandatos, y así ha sido, pero cabe preguntarse por qué no avisó de ello cuando meses antes, en junio, se presentó como candidata de su formación. Sólo obtuvo dos escaños, y eso ha sido determinante. Ella es el sostén de esta escisión de Podemos, y su atractivo mediático será imposible de sustituir con ese nacionalismo de izquierdas que Anticapitalistas ha descubierto en su madurez.

Juan Marín Juan Marín

Juan Marín / Juan Carlos Vázquez

El otro partido en crisis es el PSOE de Andalucía. Los dirigentes socialistas pasan estos días por unos de los días más amargos de sus vidas, los ex dirigentes de la Junta condenados por el caso de los ERE han comenzado a entrar en prisión. La primera, Carmen Martínez-Aguayo, a quien seguirá Antonio Fernández, José Antonio Viera, Francisco Vallejo, Miguel Ángel Serrano Aguilar y José María Rodríguez Román. José Antonio Griñán ha alegado que padece un cáncer de próstata, descubierto hace unas semanas, por lo que está a la espera de la decisión de la Audiencia de Sevilla. Al ex viceconsejero Agustín Barberá, que lucha contra un tumor desde hace una década, se le ha suspendido de momento el ingreso.

Juan Espadas decidió ponerse al frente de un partido al que aún le quedaba por pasar lo más duro de la travesía del desierto. Ni él ni otro candidato estaban en condiciones de hacer frente al tsunami de Moreno, aunque a Espadas se le achacó que no dejase de espantar a votantes de izquierdas con el supuesto Gobierno de coalición entre PP y Vox. Muchos votaron a Juanma para que Olona no fuese vicepresidenta.

El PSOE andaluz no tiene una crisis de liderazgo, es algo más grave, es el resultado de haber perdido el poder después de 40 años de gobiernos de la Junta. Hay quien mira a nuevos valores, como la onubense María Márquez, o a dirigentes consolidados, como la ministra María Jesús Montero, pero eso no solventará un problema que requiere tiempo y una aclaración del panorama nacional del partido. 

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