Las previsiones apuntan no sólo a una inminente cuarta ola de calor sino que queda verano en Córdoba para rato. Así pues, la época estival en la ciudad califal monopoliza el 99,99% de las conversaciones e incluye términos como "calorín", referido a un "calor impenitente y descontroladamente elevado." Directamente relacionado con "reventar" de calor. Y es que el auténtico cordobés no desfallece, se fatiga ni se agota por altas temperaturas, sino que directamente "revienta".
La solución es escapar a la "parcela", que no se corresponde exactamente con "cada una de las tierras de distinto dueño que constituyen un pago o término", como indica la Real Academia Española (RAE), sino que se hace extensivo a cualquier extensión de tierra vallada -con casa o no- pero donde haya piscina y suficiente espacio para elaborar un perol. Está bien.... las barbacoas también son admitidas durante la época estival.
Como complemento ideal está el valgas o vargas. No hay unanimidad en torno a su pronunciación ni escritura. El resto del planeta Tierra lo conoce como tinto de verano. El origen de tan cordobesa bebida a base de vino tinto, hielo -rodaja de limón opcional- y gaseosa tampoco está taxativamente claro.
Hay quienes apuntan al Barrio del Brillante y al de Federico Vargas Madero, propietario de la Venta de Vargas desde 1916 a 1931, como artífice genuino del combinado.
Parece que en su venta solían recalar los artistas más noctámbulos que pasaban por la ciudad y que en esas madrugadas casi eternas, la bebida más consumida era la realizada con vino tinto con sifón, que refrescaba y rebajaba el trago para poder aguantar tantas horas.
Se supone que Vargas Madero la bautizó con su primer apellido y así se ha mantenido hasta nuestros días.
La otra teoría etimológica apuntan a la forma de pronunciar en que Córdoba, cuyos habitantes con frecuencia sustituyen en la expresión oral la 'l' por la 'r' intervocálica. Y este sería el caso de vargas, cuyo nombre procedería de la fusión de Valdepeñas -uno de los vinos más populares para elaborarlo- y gaseosa.
Esta bebida es una fórmula infalible para evitar quedarse "engollipado", que equivale al vocablo "atragantado" en el español estándar.
Buena hidratación, evitar salir a la calle en las horas centrales del día y cubrirse la cabeza con una gorra o sombrero -cuanto más amplio, mejor- es lo mínimo para evitar ser víctima de un "sopitipando", entendido como sinónimo de "golpe de calor", que puede implicar "mareo o desmayo". Otro de los efectos colaterales de la exposición al astro rey son las "chapetas", las "manchas rojizas que salen en las mejillas" como reacción a la acumulación de calor en la piel y consecuente irritación
Por eso, es más que aconsejable optar por aperitivos muy naturales como los "chorchos" o altramuces, uno de los emblemas de poblaciones como Pedro Abad. Una magnífica idea para no acabar "esmayao", lo que viene a ser "hambriento" o "muerto de hambre".
También resulta de lo más útil tener un vehículo (propio o ajeno) a mano para que nos "alargarse" o que nos "alarguen" a nuestro destino, sin sucumbir a las temperaturas extremas. "Transportar o llevar" es el significado con se aplica el vocablo.
De lo contrario, el individuo acabará "guarnío", un claro sinónimo de "desfallecido", "cansado". En suma, es la forma de referirse a "un estado de malestar en el individuo, ya sea por cansancio, enfermedad, depresión o cualquier otra causa distinta, que lo altere de su estado físico, mental o emocional normal y habitual, conservando sin embargo su estado del humor intacto", según el Wikcionario.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios