El lema de este año 2023 se centra en las relaciones afectivas saludables ¿Cuáles son los rasgos de ese tipo de relaciones?

-Las relaciones afectivas saludables se basan, entre otros rasgos, en el respeto, la confianza, el espacio propio y la comunicación. Este temática ha sido propuesta por la Comisión de Igualdad como una de las principales herramientas para la erradicación de la violencia de género.

-Al elegir un iceberg como imagen, ¿cual es el mensaje que desean transmitir?

-La violencia de género se suele reflejar mediante un iceberg que se sustenta en una sociedad patriarcal con múltiples indicadores y en cuya cúspide están los casos más graves. Frente a ella, el iceberg de las relaciones afectivas saludables está basado en conceptos positivos como la coeducación, el diálogo y la igualdad, que propician otra forma de relacionarnos. La UCO, en tanto institución educativa, debe promover esos hábitos no solo entre la comunidad educativa sino también al resto de la sociedad. Una de las acciones de la campaña del 25N este año consiste en colocar algunas de esas palabras del icerberg en las escaleras de varios centros para visibilizar este compromiso.

-Coeducación, libertad, empoderamiento y empatía son las palabras elegidas para construir desde la base. ¿Por qué han elegido esos conceptos?

-Porque son necesarios como base para construir esas relaciones saludables y, en general, una sociedad mejor. Hablan de un desarrollo personal y social. En ese sentido, desde la Universidad debemos formarnos y formar a las futuras generaciones de profesionales con perspectiva de género para seguir avanzando en materia de igualdad. Por eso, uno de los ejes del III Plan de Igualdad que se está elaborando de forma participativa, se centra en el acoso sexual, pero de forma transversal esa formación para la prevención está presente en otros ejes.

-En el ámbito sexual, ¿cuáles serían los conceptos asociados?

-En realidad, cualquiera de las palabras presentes en la imagen es válida, pero el respeto y la negociación son claves fundamentales para las relaciones sexuales sean saludables. Igualmente, es imprescindible una educación afectiva y sexual desde la infancia para abordar la sexualidad de una forma saludable.

-La violencia contra las mujeres se está extendiendo en Internet a través de discursos de odio misógino, acoso sexual o pornografía de venganza. ¿A qué achaca esta tendencia?

-En este contexto, podemos hacer mención a la manosfera, movimiento político que promueve actitudes y perspectivas misóginas y antifeministas y modela imaginarios y conductas desde edades tempranas. Es preocupante y, por ello, debemos estudiar estos fenómenos y promover un buen uso de las tecnologías de la información y la comunicación para evitar la perpetuación de la violencia de género en las redes.

-A la hora de abordar la violencia de género se hace hincapié en las consecuencias sociales y económicas, aunque desde la UCO han abordado que también se trata de un problema de salud pública. ¿En qué sentido?

-Las consecuencias de la violencia de género repercuten directamente en la salud física y psicológica de las víctimas y, teniendo en cuenta los datos de mujeres que sufren este tipo de violencia machista, podemos afirmar que es un problema salud pública. Se trata de reivindicar, de nuevo, que no son cuestiones de la esfera privada sino una cuestión pública que interpela a toda la sociedad. Con relación a este tema se ha llevado a cabo una intervención artística en la Facultad de Medicina y Enfermería, en colaboración con la Escuela de arte Mateo Inurria, para restaurar los bancos rojos que visibilizan la violencia de género con el lema “La violencia de género es un problema de salud pública”.

-Según un informe de la FAD, los jóvenes asisten a una banalización de la violencia de género. ¿Se está fallando a la hora de comunicar lo que significa este problema y sus consecuencias?

-Se da también un fenómeno de normalización de comportamientos y actitudes violentas que llevan provocan esa banalización. Por eso es fundamental la educación, aunque no solo con gente joven, para favorecer la detección y prevención de esas situaciones. Por otra parte, como aspecto esperanzador, la Encuesta Europea de Violencia de Género (EEVG) con datos de 2022, dibuja un contexto positivo con relación al mayor conocimiento y reconocimiento de estas violencias por parte de las mujeres más jóvenes.

-Otro punto de ese mismo informe habla de que no se ha conseguido conectar e involucrar efectivamente al hombre. ¿A qué cree que se debe? ¿Cómo se podría revertir esa situación?

-Precisamente, cuando se debatió sobre la temática de este 25 de noviembre en la Comisión de igualdad, se hizo hincapié en que los hombres también se viesen directamente involucrados en la campaña. Es innegable que la lucha por la igualdad es un compromiso en el que deben participar ambos. De esta forma, las relaciones afectivas saludables se construyen entre todas las personas, por eso la campaña está dirigida a toda la comunidad educativa.

-En concreto, ¿qué se ha programado en la UCO para este 25N?

-Uno de los retos para acabar con la violencia de género es el trabajo en red. Así, a lo largo del mes de noviembre se están desarrollando mesas redondas, presentaciones de libros, talleres e intervenciones artísticas, en torno a la violencia de género, su detección y propuesta de soluciones desde diversas disciplinas y áreas.  Desde el Vicerrectorado de Igualdad, Inclusión y Compromiso Social se ha apostado por el trabajo colaborativo y en ese sentido se creó la Red de Equidad, compuesta por profesorado, estudiantado y personal técnico de administración y servicios de todos los centros de la universidad. Fruto de este trabajo con la Red, los centros y otras unidades y Cátedras de la UCO, ha sido el d