Campiña Sur

La vecina de Aguilar de la Frontera con esclerosis recupera el tratamiento: "No sabemos cómo agradecerlo"

Entrega de firmas en la consejería de Salud y Familias.

Entrega de firmas en la consejería de Salud y Familias. / El Día

A veces, el pesimismo y la angustia se transforman en esperanza y entusiasmo. Frente a las sistemáticas desilusiones y una incomprensión repleta de silencio, la familia de Teresa Muñoz ha opuesto resistencia, arrojo y perseverancia hasta lograr, demasiados meses después, la reactivación del tratamiento contra la esclerosis –el único que le proporciona alivio- a esta vecina de Aguilar de la Frontera.

La rectificación de los responsables sanitarios del Hospital Reina Sofía ha requerido de múltiples acciones de reivindicación y presión. Una potente y constante presencia mediática. La presentación de más de 100.000 firmas en la consejería de Salud y Familias. La movilización de la sociedad aguilarense. Una moción plenaria del Ayuntamiento. El respaldo diligente de la Federación de Asociaciones de Esclerosis Múltiple de Andalucía. Distintas cartas enviadas a responsables políticos, entre ellos, el presidente de la Junta, y, también, solicitando amparo, al Defensor del Pueblo Andaluz. Y, en la última semana, aproximadamente un centenar de llamadas individuales dirigidas al complejo universitario y efectuadas por allegados, amigos y particulares concienciados y conmovidos.

Los antecedentes se remontan al año 2017. A Teresa Muñoz le diagnostican una esclerosis múltiple primaria, progresiva e incurable. Durante un periodo de dos años, las dosis semestrales del Ocrelizumab consiguen mitigar el avance de la enfermedad hasta que el Servicio Andaluz de Salud interrumpe la proporción del medicamento.

"Fue peor que decirme que tenía esclerosis"

Una retirada del fármaco que, según confesó la paciente, “fue peor que el decirme que tengo esclerosis porque es un vacío”. Las primeras justificaciones, al suspender la prescripción del fármaco aludían a la edad de la receptora porque este inmunosupresor únicamente se dispensaba a menores de 55 años. Un protocolo difuso porque Teresa Muñoz lo recibió después de haber cumplido los 60.

A este primer motivo, confuso y discriminatorio para la familia, le sucedió un enjambre competencial entre el Gobierno y la Junta de Andalucía que, finalmente, desembocaba en “un recorte de gastos” del Reina Sofía “a costa de la salud de mi suegra”, expresaba, hace unos días, su yerno y portavoz, Alejandro Nieto.

La consumación del feliz desenlace ha acontecido este miércoles en el centro sanitario Carlos Castilla del Pino. El equipo de neurología, que ya reconoció que la medicación era idónea y pertinente para Teresa Muñoz, ha comunicado a sus familiares la reanudación de un tratamiento cuyo coste anual ronda los 20.000 euros anuales.

Los facultativos especializados, previa intervención directa del consejero de Salud, Jesús Aguirre, quien ya sentenció que la financiación nunca debería entrañar un impedimento, han garantizado el oportuno reinicio del procedimiento, asumido por el área de Farmacia, y la familia obtiene la documentación adecuada. En unos días, Teresa Muñoz se someterá a los preceptivos análisis antes de percibir, vía intravenosa, las unidades de este anticuerpo monoclonal.

"No sabemos cómo agradecerlo"

“No sabemos ni cómo agradecer cómo se ha volcado todo el mundo”, confiesa, sin capacidad para ocultar su satisfacción, Alejandro Nieto. Recuerda, con reminiscencias amargas, que con anterioridad a la ebullición pública “todas las puertas se nos cerraban, nos decían que era imposible”. Las decepciones enlazadas nunca contuvieron a esta familia ya que “no íbamos a parar”.

Entre otras implicaciones y fortalezas conferidas, desean resaltar la involucración, el asesoramiento y la atención constante del diputado nacional socialista, originario de Aguilar de la Frontera, Antonio Hurtado. Y, también, de los responsables de la plataforma web change.org.

“Ha sido impresionante”, concluye Alejandro Nieto, “todo el mundo nos ha ayudado muchísimo”. En un breve plazo, Teresa Muñoz, tras un año de agravamiento pertinaz de su sintomatología, recuperará un tratamiento que se traduce en consuelo y sosiego. Y, probablemente, reflexionará sobre la interminable movilización abanderada por su familia con el único propósito de acceder a una atención esencial para su vida.

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