Plaga de procesionaria del pino en Córdoba: Medio Ambiente fumigará 3.000 hectáreas
La Junta aplicará un insecticida biológico usando medios aéreos en los montes de Cardeña-Montoro
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Córdoba/La procesionaria del pino, una oruga cuyos pelos urticantes pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta en los seres humanos, así como intensas reacciones alérgicas, y la muerte de las mascotas, podría llegar con fuerza en la próxima primavera en algunas zonas de la provincia de Córdoba, de acuerdo a los datos recabados por el Departamento de Equilibrio Biológico de la Delegación de Medio Ambiente de Córdoba. Tanto es así que la Junta de Andalucía ha iniciado esta semana la fumigación de casi 3.000 hectáreas de pinar con ayuda de medios aéreos.
Mientras en años anteriores estos trabajos se han desarrollado en Posadas o el parque periurbano de Los Villares, en Córdoba capital, los montes de Cardeña-Montoro, en el ámbito del Parque Natural, son esta temporada la zona cero de la procesionaria, de acuerdo a los datos recabados a pie de campo por los agentes de Medio Ambiente. En este espacio, la Consejería aplicará un insecticida biológico sobre 2.970 hectáreas de masa de pinar, que es sobre el árbol en que se desarrolla esta plaga, que en caso de dejarse puede acabar secándolo y provocando un destrozo forestal.
En los últimos días, una avioneta de turbinas Air Tractor 502 ha iniciado los trabajos aéreos de fumigación con base en la pista de la Zarca, en el término municipal de Espiel, según han detallado fuentes del Departamento de Equilibrio Biológico, que explican que se trata de una labor muy delicada que depende mucho de la situación meteorológica. En primer lugar, para que se produzca el despegue los propios agentes de Medio Ambiente, desde el terreno, han de informar de la temperatura, la humedad y el viento. Y es que si las rachas superan los 10 kilómetros por hora, el despegue se suspende, pues existe el riesgo de que el tratamiento no sea efectivo, ya que la carga puede deslizarse respecto al objetivo.
Uso de un insecticida biológico
El producto que se emplea para atajar la plaga de la procesionaria del pino se denomina Bacillus thuringiensis, y se trata de un insecticida biológico y no de un producto químico, explican fuentes del Departamento de Equilibrio Biológico. Se trata de una bacteria que habita en el suelo, y que se utiliza comúnmente como una alternativa biológica al plaguicida. Y es que, durante la reproducción, muchas cepas de Bacillus producen cristales proteínicos, conocidos como endotoxinas, que poseen propiedades insecticidas.
El control de esta oruga en Andalucía se realiza dentro del marco del Plan de Lucha Integrada contra la Procesionaria desarrollado por la Consejería desde 1991. Este plan pretende controlar la plaga respetando al máximo el medio ambiente, por lo que se intenta realizar el menor número de actuaciones, solo en los lugares donde sea estrictamente necesario y con las técnicas más específicas posibles. De este modo, se evita la posible aparición de resistencias a los plaguicidas, brotes de plagas secundarias, contaminación, toxicidad y se mantiene la población de parásitos y predadores.
La procesionaria del pino está presente en toda la superficie de pinar de Andalucía, si bien la afección que provoca varía de un año a otro, por lo que en el año 1991 se comenzaron a definir las bases del Plan de Lucha Integrada contra la Procesionaria del Pino, que han permitido conocer su evolución y facilitar su control. En caso de no tratarse, la plaga podría extenderse solo en Córdoba sobre 30.000 o 40.000 hectáreas, con las consecuencias que ello conllevaría.
La más visible es la defoliación que causan las larvas, lo que conlleva un debilitamiento del arbolado que propicia la acción negativa de otros agentes, una pérdida en el crecimiento y el anormal desarrollo en años sucesivos. "De esta manera, constituye una amenaza para la supervivencia de la masa o un obstáculo, especialmente, para el correcto establecimiento de una masa en estado de repoblado", recalca el documento del plan.
Pelos en forma de arpón
La Thaumetopoea pityocampa, como científicamente se conoce a la procesionaria del pino, posee pelos urticantes con forma de arpón. Al clavarse y romperse en la piel, inoculan la llamada thaumetopeina, que es una sustancia histaminoliberadora. Es decir, si la persona es sensible puede desencadenarse un mecanismo que provoca cuadros alérgicos que pueden ser de gravedad, hasta el punto de producirse reacciones anafilácticas.
La urticaria, además, condiciona el cumplimiento de las funciones del pinar, según reconoce el Plan de Lucha Integrada de la Junta. En primer lugar, la plaga repercute en el uso social que tiene el monte en su aspecto de esparcimiento de la población, afectando a caminos y zonas de paseo, celebraciones y tránsito de romerías, acontecimientos deportivos, áreas recreativas y zonas de acampada. Además, puede afectar al uso productor, dificultando los aprovechamientos, sobre todo en la época de la recogida de la piña. Y, por último, incide en el uso protector, ya que dificulta o impide la realización de los labores selvícolas programados para su correcta gestión.
Los pelos urticantes que tocan partes expuestas causan un "vivo dolor" seguido de una "gran comezón" y de la aparición de un eritema y ronchas de urticaria. También pueden originar conjuntivitis, rinitis y alergias respiratorias. En caso de que la oruga sea olfateada por perros, puede provocar su muerte.
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