Muere a los 66 años Antonio Guerra Pradas, maestro y ex presidente de Escuelas Católicas de Córdoba
Obituario
Guerra dedicó gran esfuerzo a consolidar el colegio Compañía de María de Puente Genil como espacio de convivencia
La comunidad educativa del Colegio Compañía de María de Puente Genil llora este miércoles la pérdida, a los 66 años de edad, del maestro Antonio Manuel Guerra Pradas, quien durante varias décadas fuera director titular del centro. Maestro de profesión y de corazón, padre de dos hijas y abuelo de dos nietas, Antonio Guerra deja tras de sí una enorme huella tanto humana como profesional, fruto de una extraordinaria vocación docente y un fortísimo compromiso con la educación.
Guerra dedicó a la institución su entrega, su esfuerzo y muchísimas horas de trabajo para consolidar a Compañía de María como un espacio de convivencia, excelencia académica y humanismo cristiano, siempre con la mirada puesta en la mejora continua y la atención integral al alumnado.
Esa tarea le llevó a ocupar cargos de responsabilidad no sólo a escala local, sino también a nivel provincial, ya que fue presidente de Escuelas Católicas en Córdoba, colectivo desde el que reclamó de manera insistente un pacto educativo, convencido de que solo el acuerdo, la cooperación y el respeto mutuo pueden garantizar un sistema más justo, estable y orientado al bien común. Antonio Guerra también fue un firme defensor de la complementariedad entre redes, reivindicando el mantenimiento y la dignidad tanto de la enseñanza pública como de la concertada, complementarias y, al mismo tiempo, necesarias, para construir una sociedad plural y cohesionada.
Muy implicando con la Semana Santa
A nivel social, Antonio también fue un hombre muy implicado con la Semana Santa de Puente Genil. Formó parte de la Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de las Lágrimas, también estuvo unido a la Hermandad de Nuestra Señora de los Desamparados, mantenía un vínculo especial con la Parroquia de San José, con Cáritas Interparroquial, y llegó a ser directivo de la Agrupación de Cofradías, Hermandades y Corporaciones Bíblicas. Además, su pérdida se ha sentido de manera especial en el Vespa Club de Puente Genil, con cuyos componentes mantenía estrechos lazos.
Antonio Guerra se marcha dejando atrás una huella importante por su temple sereno, su capacidad para escuchar, su profundo sentido ético y su fe en la educación como herramienta transformadora. Su pérdida deja un gran vació en el panorama educativo cordobés y, de manera paralela, en compañeros, docentes, antiguas promociones de alumnos, familias y amigos de la localidad, quienes hoy, además de recordarlo con cariño, señalan también el privilegio de haber compartido el camino con él, un maestro, que siempre creyó firmemente en el poder de la educación.
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