La consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, ha condenado este lunes en nombre del Gobierno andaluz el presunto asesinato machista de una joven de 26 años en Montemayor, un caso que ha confirmado la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y que sería el segundo por violencia machista en Andalucía y el 15 en España en 2022. El presunto agresor, pareja de la víctima, ya ha sido detenido. No constan denuncias previas ni la víctima era usuaria del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) ni de la red de Centros Municipales de Información a la Mujer (CMIM). La pareja tenía dos hijos menores de edad.

Rocío Ruiz ha mostrado su “más absoluto rechazo y consternación por este nuevo crimen machista” y ha transmitido sus condolencias y apoyo al entorno de la víctima. Asimismo, ha señalado que “el Instituto Andaluz de la Mujer ha puesto a disposición de la familia el servicio de apoyo psicológico en crisis para ayudar a sus familiares a afrontar esta terrible situación”.

Este servicio, que es gratuito y altamente especializado, se activa tras un asesinato machista, así como en casos graves de violencia de género con tentativa de homicidio para favorecer la recuperación emocional de las personas allegadas de las mujeres asesinadas a través de la atención psicológica en crisis y de apoyo al duelo, a través de una intervención temprana e integral con perspectiva de género, con la finalidad de prevenir a largo plazo la aparición de estrés postraumático, duelo patológico y otros trastornos de mayor envergadura.

La responsable de las políticas de igualdad en Andalucía ha insistido en “la necesidad de trabajar desde la unidad para construir una sociedad más justa y libre de violencias machistas. Para ello, es fundamental persistir en la colaboración, cooperación y el trabajo en red de las diferentes administraciones, partidos políticos, instituciones, fuerzas de seguridad, agentes y colectivos sociales con el objetivo de lograr la erradicación de la violencia de género en nuestra sociedad”.

En esta línea, ha incidido en que “la violencia de género es un problema que sufren las mujeres, pero no es un problema de las mujeres. Estamos ante una de las principales vulneraciones de los derechos humanos en todo el mundo y, por tanto, su eliminación requiere de la implicación de toda la ciudadanía. No podemos normalizar estos horribles asesinatos”.

Asimismo, Rocío Ruiz ha vuelto a realizar un llamamiento al entorno de las víctimas al que ha reclamado “su implicación”. “Necesitamos que las personas allegadas a las mujeres que sufren violencia de género den la voz de alarma ante la más mínima sospecha y, para ello, pueden llamar a nuestro teléfono de atención a las mujeres andaluzas 900 200 999 o acudir a las fuerzas de seguridad. Allí recibirán asesoramiento para saber cómo actuar. Con una simple llamada podemos salvar una vida”.

Más de 2.000 llamadas

No en vano, el teléfono andaluz de atención a las mujeres ha superado en Córdoba las 2.000 llamadas (2.048) en 2021. El 93,8% de las mismas son de mujeres, frente a poco más del 6% de hombres. Con respecto a las consultas, se ha dado respuesta en Córdoba a un total de 1.392, de las cuales el 76,5% fueron relativas a violencia de género (1.066). Las consultas sobre violencia machista crecen un 49,9% en el último año.

En la actualidad, Andalucía acumula 228 mujeres asesinadas por violencia de género desde 2003 y en España el número asciende a 1.145 desde que se empezaron a contabilizar este tipo de asesinatos. Asimismo, hay 352 menores de edad, 66 en Andalucía, huérfanos (pendiente de confirmación). En 2021 fueron asesinadas por violencia de género en España 47 mujeres, además hay otros tres casos más en investigación, y ocho menores. En el caso de Andalucía fueron ocho mujeres.

El Gobierno andaluz considera la violencia machista una grave vulneración de los Derechos Humanos, siendo el asesinato la expresión más grave del machismo y un problema social de primer orden que atenta contra la dignidad y la integridad física y moral, principalmente de las mujeres que la sufren y enfrentan. Esta violencia no es una acción o acciones aisladas, es un entramado de conductas explícitas, mensajes normalizados y simbólicos que estructuran nuestra sociedad con el objetivo último de mantener la subordinación de las mujeres a los hombres y de no permitir la existencia de ningún cuerpo, modelo y/o comportamientos que transgredan los límites marcados por el sistema heteropatriarcal vigente.