puertodelcalatraveño

Tributo a la patria chica

  • La Feria de los Municipios muestra hasta hoy todas las posibilidades turísticas de la provincia y un viaje por comarcas que pone de manifiesto la riqueza global de Córdoba

Varias personas acuden a uno de los expositores que participa en la Feria de los Municipios.

Varias personas acuden a uno de los expositores que participa en la Feria de los Municipios. / jordi vidal

Fue allá por el verano de 2012 cuando una conocida marca de refrescos lanzó una campaña para fomentar el turismo de interior y centró su mensaje en algo así como el público huérfano de pueblo. La campaña, muy bien acogida por el público, contraponía a los urbanitas que viven en capitales de provincia y que cuando llegaban las vacaciones o los puentes festivos no tenían pueblo al que ir a descansar y ver a la familia o disfrutar de sus encantos. Y es que, pertenecer a una pequeña localidad no es que sea peor o mejor, sino una gran oportunidad para quien pueda disfrutar de ellos en cualquier momento de la vida y de la que, cómo no, sentirse la mar de orgulloso.

Y la provincia de Córdoba, además de su capital, guarda grandes tesoros en toda su extensión. Hasta 75 localidades y las consabidas entidades locales menores conforman una provincia que no deja de asombrar a quien la visita por su riqueza, variedad cultural, gastronómico y patrimonial. Y para recordar la existencia de todas ellas, la Diputación recuperó el año pasado la Feria de los Municipios -tras un impasse de cinco años-, una cita que vuelve a celebrarse este fin de semana y que pone en evidencia la riqueza de cada rincón de Córdoba. Una muestra que este año cuenta con la participación de hasta 70 entidades -este año se han incorporado Adamuz, Valsequillo o Almodóvar del Río, entre otras-, que desde el pasado jueves no cejan en su empeño de mostrar sus costumbres más arraigadas para intentar tratar de formar parte de la tarta turística cordobesa. Un viaje por comarcas que no deja hueco al aburrimiento y que sorprende al todo que lo hace. Repartidos en casi un centenar de expositores, que ocupan todo el Palacio de la Merced -sede de la Diputación-, los técnicos de turismo de cada ayuntamiento -los que disponen de ellos- intentan captar nuevos visitantes dando a conocer las excelencias de cada localidad o costumbres tan variopintas como la de saber beber vino de un botijo, como proponen desde el expositor de La Rambla, los buenos y más que prestigiosos caldos de Montilla-Moriles, los zumos de naranja de Palma del Río o también los excelentes aceites de Baena. Una oportunidad que no hay que dejar escapar y con el reto de avivar, aun más, el sector del turismo, que es a la postre uno de los puntales más importantes de la economía cordobesa. Buena prueba de ello fue el discurso que pronunció el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz, quien recordó que el del turismo es un "sector que genera empleo y fija la población al territorio". Y si no, que se lo digan a los municipios más pequeños que han encontrado en él una forma de aumentar sus réditos y evitar que los más jóvenes dejen sus localidades de origen ante la falta de oportunidades laborales.

Una feria ésta la de los municipios en la que dejarse ver y mostrar orgullo por cada patria chica e incidir en cada momento que hay que visitar éste o cualquier otro municipio; lo que se conocer como una campaña de promoción one to one o casi personalizada y de trato directo. Pocos alcaldes faltaron a la cita inaugural del pasado jueves y pocos fueron los que no quisieron perderse la oportunidad de convencer a los integrantes de la comitiva institucional a su paso -durante el paseo inaugural que lideró Antonio Ruiz, seguido de diferentes representantes políticos, entre ellos, la alcaldesa de la capital, Isabel Ambrosio o el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado- de que el suyo es el mejor pueblo de la provincia. En una suerte de competición, la gran mayoría de primeros ediles o, en su defecto, tenientes de alcalde se afanaron en dar a conocer lo mejor de cada casa y, de manera previa, no dejar escapar la oportunidad de salir en la fotografía inaugural en el salón de actos de la casa palacio.

Una apuesta, por tanto, enriquecedora para mostrar la potencialidad de una provincia como la de Córdoba que hay que conocer, pero no sólo por parte de los turistas que llegan desde otras comunidades autónomas a disfrutar de ella, sino también por parte de los propios cordobeses. También los de aquí han de saber que Córdoba merece la pena, que hay que descubrir cada rincón que guarda y que la hacen única. Un viaje, por tanto, que muestra en una superficie de 4.000 metros cuadrados, la extensión de una gran provincia, de Norte a Sur y de Este a Oeste, y que hay que vivir y conocer.

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