Campiña Sur

El obispo de Córdoba insta a que Montilla sea "cada vez más conocida" en la festividad de San Juan de Ávila

El obispo de Córdoba, durante la misa celebrada en Montilla.

El obispo de Córdoba, durante la misa celebrada en Montilla. / El Día

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha presidido la eucaristía en honor a San Juan de Ávila que cada mes de mayo congrega en Montilla a los sacerdotes diocesanos en torno a la festividad del patrón del clero secular español.

La celebración en la Basílica de San Juan de Ávila de Montilla ha presentado una imagen inusual con la presencia de un grupo reducido de sacerdotes diocesanos, el vicario general de la Diócesis de Córdoba, Antonio Prieto, y algunos vicarios territoriales. A ellos, y a todos los sacerdotes y seminaristas españoles, se ha dirigido el obispo de Córdoba en esta solemnidad para alentarlos a seguir el ejemplo de San Juan de Ávila y por su intersección “ser santos” porque esa será “la mejor aportación que podáis hacer a la Iglesia de hoy y del futuro”.

Junto a su sepulcro de San Juan de Ávila, al que ha rogado que “nos aliente en el camino de la santidad”, el obispo ha agradecido a la ciudad donde el Santo Maestro vivió y murió la acogida que siempre le dispensa y ha apostado porque Montilla sea “cada vez más conocida” por haber sido la última morada del Apóstol de Andalucía.

No en vano, San Juan de Ávila nació en la localidad de Almodóvar del Campo (Ciudad Real)– el 6 de enero de 1499 y falleció en Montilla en 1569. En 1894 fue beatificado por el Papa León XII, en 1946 fue declarado Patrono del Clero Secular Español, en mayo de 1970 canonizado por Pablo VI y, en octubre de 2018, fue proclamado Doctor de Iglesia en Roma.

Fernández ha comenzado su alocución glosando la figura del doctor de la Iglesia y ha reflexionado sobre el momento actual. Así, ha asegurado que “si estamos en un comienzo de época, como nos repite el Papa Francisco, en donde tantas cosas deben ser ajustadas a los planes de Dios, esta renovación tiene sus puntos de apoyo en la renovación y la santificación de los sacerdotes”.

“En la predicación no hay fronteras”, ha continuado el obispo de Córdoba, que ha comentado el Evangelio para asegurar que “los discípulos que predicaron a los judíos, se saltaron ese confinamiento para predicar a todo el mundo que Dios es Amor”.

El obispo ha continuado su homilía animando a los sacerdotes a dar testimonio de entrega porque “vosotros sois la sal de la tierra” que preserva y cura, aunque a veces “duele, sobre todo en las heridas”. Así, ha invitado a sacerdotes y seminaristas a “no tener miedo de dar testimonio del cielo y de la vida eterna” y los ha animado a seguir el ejemplo de Jesucristo y tener “la valentía, fuerza y arrojo para una nueva evangelización para esta nueva época, en la que todos necesitamos que Dios esté cerca de cada uno de nosotros”.

El próximo 31 de mayo concluye el Año jubilar de San Juan de Ávila que conmemora los 450 de su muerte, el 125 aniversario de su beatificación y medio siglo de su canonización.

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