Las parroquias de la Diócesis de Córdoba preparan la vuelta a misa ante la llegada de la fase 1 de desescalada del coronavirus con una serie de medidas de seguridad y prevención para el regreso a los templos de los fieles, que deberán acudir con mascarilla a la eucaristía y, tanto ellos como el sacerdote, utilizar frecuentemente gel hidroalcohólico y guardar la distancia de seguridad, según las señales puestas en cada banca.

A partir de ahora se elimina el contacto físico en todo lo posible en los templos, en particular en el momento de dar la paz, y al comulgar preferentemente se hace en la mano, eso sí, sin guantes.

Así lo especifica el protocolo emitido desde el Obispado de Córdoba que, no obstante, recuerda que sigue vigente la dispensa a los creyentes de asistir a misa los domingos, algo que se puede sustituir por la oración en casa o por las liturgias online que los sacerdotes están emitiendo a través de Youtube y las redes sociales.

Los templos estarán desinfectados antes y después de las celebraciones, y aunque el aforo será más reducido, los sacerdotes continuarán estando al servicio de los fieles administrando todos los sacramentos.

En concreto, a la hora de la confesión, apuestan por escoger un espacio que permita mantener la distancia social asegurando la confidencialidad y recuerdan que tanto el fiel como el confesor deben llevar mascarilla y desinfectarse las manos.

Con papel cero, sin coros con las cestas de la colecta en un lugar habilitado para poder realizar algún donativo, las parroquias de la Diócesis de Córdoba esperan con las puertas abiertas a su feligresía adaptadas conforme a la normativa sanitaria.