Hornachuelos

El Cristo de las Llagas, una talla singular que ve la luz en Córdoba 15 años después de ser esculpida

Cristo de las Llagas.

Cristo de las Llagas. / Ayuntamiento de Hornachuelos

Nueve hombres y 15 años han sido necesarios para sacar el Cristo de las Llagas del taller y llevarlo hasta La Posada de Arrieros, sede del Centro de Interpretación Cultural de Hornachuelos, donde se expone por primera vez públicamente, tres lustros después de ser esculpido.

"Es una imagen que no ha visto prácticamente nadie, no lo he publicitado", confiesa Juan Cañero (1947), autor de la obra. Se trata de una figura inmensa en tamaño —supera los dos metros de longitud (va tendido)— y realista en intención, procurando representar con determinación el verdadero aspecto que presentaría Jesucristo antes de ser crucificado.

"He de decir que yo soy pintor profesional: hacer la escultura fue un desafío personal", avanza Cañero en conversación con El Día. "Tampoco responde al encargo de alguna hermandad, ni está hecho con idea comercial", contesta.

"Siempre me ha chocado el porqué las figuras tienen que ser limpias y brillantes, nunca naturales", reconoce el autor. A pesar de ser aficionado a la Semana Santa, "nunca me cuadraron en la mente los cristos tan limpitos, casi salidos de una sesión de maquillaje", continúa. "Eso es lo que me llevó a hacer una interpretación mía".

La imagen se empezó a proyectar en 2005, tras una primera fase de investigación histórica, "recopilando información que tuviera visos de verdad", sobre la estatura de Jesucristo, el rito de los martirios romanos, los instrumentos de tortura como el flagellum (látigo romano) o el número de latigazos que recibía el reo según la ley romana, que Juan Cañero va rememorando a pesar del paso del tiempo. 

"Igualmente me informé de cómo se realizaba la crucifixión, de la forma de la cruz, el peso aproximado, etcétera. Todo ello encaminado a conocer sobre el castigo infringido y el estado físico en que pudo quedar el cuerpo llegado el momento de ser clavado en la cruz", indica Cañero.

Un dato importante de la obra que subraya su autor es que "no es un crucificado al uso, sino que está en el momento previo a ser clavado: está tendido en horizontal y aún vivo, la sangre fluye de sus heridas en todas la direcciones y no en sentido vertical como sería lógico si estuviera en la cruz ya elevada. Por este mismo motivo tampoco tiene la herida de la lanza en el costado, el gesto de su rostro es de intensísimo dolor y parece querer mirar su muñeca derecha recién clavada por el clavo". 

Cristo de las Llagas. Cristo de las Llagas.

Cristo de las Llagas. / Ayuntamiento de Hornachuelos

Sobre las dimensiones que alcanza la figura, Juan Cañero defiende que, "según cuentan los evangelios, Jesús era un hombre corpulento y de elevada estatura, en algún sitio se le nombra como el gigante de Galilea, mediría en torno a 1,90 metros y teniendo en cuenta que la talla media de un judío de la época era de 1,55 metros debería sobresalir por encima de sus coetáneos". "Si esas tallas las extrapolamos proporcionalmente a las de nuestros días, Jesús debería medir en el siglo XXI alrededor de los 2,40 metros", concluye el autor.

"Acercarse a la verdad"

La aventura escultórica del pintor Juan Cañero se define, en definitiva, como un ejercicio de realismo, pero no estilísticamente, aclara, sino como "realismo de acercarse a la verdad y representarla". "Escogí esa escena porque yo creo que fue el peor momento de todos, cuando te obligan a mantenerte tendido en el suelo y te enclavan", responde.

Sobre el camino de la obra después de la exposición, Juan Cañero se manifiesta con un grado de indiferencia, aunque sí descarta casi al completo que pueda ser procesionable por la complejidad que entraña: "Esto es un Cristo que va tendido, tendría que ir en bajo, en un paso que se pudiera ver desde la altura de una persona normal, o sea, que es complicado". 

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