Turismo

La ensartá, la tradición con aroma a flores que vuelve cada verano a Hornachuelos

Nuestra Señora Reina de los Ángeles de Hornachuelos

Nuestra Señora Reina de los Ángeles de Hornachuelos / Ayuntamiento de Hornachuelos

La Feria de Hornachuelos se inaugura el jueves día 20 de julio a las 22:00 pero antes y como víspera se celebra la tradicional Carrera de San Abundio en la Calle Castillo.

Tras la inauguración de la feria por parte del alcalde, la noche está dedicada a las actuaciones de grupos locales como, Al Son del Tacón o Big Dance, el plato fuerte de la noche lo trae el concierto de Juan Jesús.

El viernes 21 de julio los bailes de siestas llegan a las distintas casetas a partir de las 14:00 de la tarde y ya por la noche la cena en homenaje a los mayores abre las actividades. La velada musical nocturna empieza a la medianoche con las orquestas La Trendy y Pekado. El sábado 22 de julio al mediodía regresan los bailes de siesta para dejar la noche a las orquestas La Divina y Nuevo Versalles.

El domingo nuevamente los bailes de siesta amenizan el mediodía y llega el fin de fiesta con las orquestas Chasis y Rockpop.

Una feria que cuenta con la peculiaridad de no darse por finalizada hasta que no llega la hora del desayuno en los bares del pueblo.

No en vano, es uno de los pueblos de la comarca que cuentan con mayor reclamo en lo que a orquestas se refiere, todas ellas de primer nivel y que atraen con sus espectáculos a vecinos de toda la Vega del Guadalquivir.

Dejando atrás la feria nos centramos en el día de la Patrona, cuyas actividades se inician con la velada musical que se celebrará día 29 de julio.

Desde el domingo 24 de julio hasta el lunes 1 de agosto, tendrá lugar en la Parroquia de Santa María de las Flores, la solemne Novena en honor de Ntra. Sra. Reina de los Ángeles.

El día grande continuará siendo el 2 de agosto, a las 12:00 se ha programado la Solemne Función Religiosa y a las 21:00 la procesión de Nuestra Patrona María Santísima Reina de los Ángeles Coronada y Alcaldesa Perpetua de Hornachuelos, con salida desde la Parroquia Santa María de la Flores y cuando finalice la procesión dará comienzo la tradicional Subasta.

El origen de esta festividad hay que remontarlo a finales del siglo  XV, cuando una pequeña comunidad franciscana levanta el primitivo convento de Santa María de los Ángeles. En 1869 se constituye   la   Hermandad   de   los   Ángeles,  estableciéndose  los vínculos y obligaciones de mantener el culto a la patrona. De esta época es el molino del Vínculo, situado a la entrada de la localidad, que servía para recoger fondos y mantener durante todo el año el aceite necesario para la lámpara de la iglesia.

Durante procesional  existía  la  costumbre  de  que  los  vecinos pagasen para que cantara la Salve en la puerta de su domicilio. Terminada la misma tiene lugar la tradicional subasta en el atrio de la  Iglesia. 

Es tradición curiosa en el municipio la subasta de la Reina de los Ángeles, que tiene lugar tras la procesión. Se recogen fondos  para  sostener  el  mantenimiento  del  culto  y  capilla  de  la patrona a lo largo del año. En esta subasta participa casi todo el pueblo, bien donando objetos para la puja o bien ofreciendo dinero para llevárselos. Muchos de los objetos que se pujan son meramente simbólicos, como los gladiolos, nardos o la famosa ensarta de diamelas. En el mismo sentido, nos encontramos con la puja por entrar la patrona a hombros en la iglesia, que se denomina sorteo de varales.

La diamela o jazmín de Arabia es una rara especie con un aroma muy intenso, que se desarrolla en esta zona. Las mujeres de Hornachuelos solían fabricarse con ellas su ensartá para lucirla al cuello los días veraniegos. Estos collares de flores se cuelgan en la mano de la patrona y miden varios metros de longitud; son los objetos más esperados de la subasta por el elevado precio que llegan a alcanzar.

Hasta hace unos años la costumbre de pujar por la ensartá, estaba reservada casi exclusivamente a los novios, que la regalaban a la novia, llegada la hora del matrimonio.

Otras veces, la ensartá servía para el comienzo de una relación, al regalársela un chico a una chica como símbolo de petición de noviazgo. En caso de colgársela, significaba la aceptación del mismo, y si le era devuelta, una negativa.

 

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