Subbética

Cabra dedica una calle a Juan Pérez Marín, "símbolo" de la "libertad" de las personas con discapacidad

  • Hijo Adoptivo desde 2010, el nombre de Juan Pérez Marín, precursor y fundador de la fundación Promi, ya luce en una vía del municipio egabrense

Manuel Buil, portavoz de la familia, interviene durante la inauguración de la nueva rotulación de la calle.

Manuel Buil, portavoz de la familia, interviene durante la inauguración de la nueva rotulación de la calle. / El Día

El germen del progreso social hacia una equidad real, proporción de oportunidades, respeto y aceptación de cualquier individuo, sea cuales sean sus capacidades y circunstancias, ocupa un lugar perpetuo, de inagotable gratitud y homenaje siempre insuficiente, en una calle de Cabra.

El acuerdo unánime de la corporación municipal, ratificado en una sesión plenaria de septiembre del 2020, acaba de concretarse. En el entorno de la avenida Fuente del Río y el Pabellón de Deportes, un espacio público honra a Juan Pérez Marín, precursor y alma imprescindible de Promi, modélica entidad asistencial que atiende, estimula y consuma la integración de personas -ante todo personas- con discapacidades psíquicas.

Hijo Adoptivo de Cabra desde el año 2010, Juan Pérez Marín (Carcabuey, 1938) entregó su vida a forjar claridad y amplitud de horizontes a quienes, aún en la segunda mitad del siglo pasado, soportaban marginación y exclusión. “Un merecido reconocimiento a la figura de Juan”, sentenciaba Francisco Casas, primer teniente de alcalde de la localidad egabrense, en la introducción del acto de inauguración de la nueva rotulación de la vía.

Compatibilizaba su profesión médica, ya afincado en Cabra, en los hospitales San Juan de Dios e Infanta Margarita y en el ambulatorio de especialidades con la incansable consecución de los resortes precisos que culminaron con su idea inexorable: la instauración e implantación de un hogar que “dignificara” a las personas con otras aptitudes y mayores escollos, como recuerda su hija, Elvira, porque, ahora, su padre, autor de una “revolución social”, después de haberse “dejado la piel”, ahora, “lo está olvidando casi todo lo que ha hecho”. Este nuevo tributo “es la mejor manera de que su trabajo, su lucha y su entregan” no se precipiten a la desmemoria colectiva.

La inauguración de la nueva rotulación de la calle, con la música de Manuel Molina, ha acontecido en el contexto del medio siglo de Promi, que entrelaza exposiciones y mesas redondas; el Día de las Personas con Discapacidad, que erige este “símbolo de la libertad”; y las vísperas del cuadragésimo tercero aniversario de la Constitución Española, en cuyo artículo 49 -aún por reformar, en una corrección obligada- habla de una “atención especializada” y “amparo especial” a los discapacitados. El Ayuntamiento entregaba una placa conmemorativa a su familia.

"Transformó e hizo mejor" a Cabra

A la sociedad egabrense, Juan Pérez Marín le ha legado la facultad de “presumir” de tolerancia, igualdad, respeto e integración, ha manifestado, en su discurso, el alcalde, Fernando Priego (PP). A la población egabrense, “la transformó y la hizo mejor” por su tenacidad, aperturismo y anticipación en “romper barreras mentales y físicas, cambiando conceptos y paradigmas sociales”.

Promi, que, actualmente, engloba y diversifica multitud de prestaciones y programas, “es una parte de su gran obra”, incidía el regidor, quien aludió a los “desvelos” de Juan Pérez por “los ancianos, niños con necesidades especiales, enfermos y pacientes con daños cerebrales”.

El exalcalde y, también facultativo, Manuel Buil, en nombre de los allegados de Juan Pérez Marín, se remontó a “un tiempo atrás” cuando aún Promi “no existía” y “los subnormales, entre comillas, de aquella época, ocultos en su mayoría, no contaban para nada ni para nadie”.

El denuedo, la benévola obsesión y la perseverancia de Pérez Marín le incitaron a tejer “alianzas” en cualquier parte de España para lograr que “quienes habían sido apartados, llegasen a tener la consideración de sujetos de derechos y deberes”. Desde hace 50 años, esta fundación paradigmática y que derrama esperanza y sueños verosímiles “reivindica derechos, practica la convivencia y hace posible anhelos y deseos de personas con deficiencia mental”. Cabra ya ensalza en una calle, en resumen, los derechos humanos que específicamente han garantizar la protección a las personas que mayores trabas sociales arrostran.  

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