Campiña Sur

Bodegas Robles ahonda en su perfil ecológico

  • La empresa presenta el proyecto piloto de un humedal artificial para la depuración y reutilización de las aguas del viñedo, con un presupuesto que asciende los 40.000 euros

Trabajadores recogen las uvas en el viñedo de Bodegas Robles.

Trabajadores recogen las uvas en el viñedo de Bodegas Robles. / El Día

En pleno debate sobre el cambio climático, que reúne en estos días en Madrid a expertos y representantes de los países de todo el mundo, la Campiña Sur cordobesa cuenta con una empresa que ya es una referencia en este sentido: Bodegas Robles. En el año 2009 se convirtió en la primera bodega española en calcular su huella de carbono, adquiriendo el compromiso de reducirla anualmente, ahonda en su perfil de vinos ecológicos con el diseño de un proyecto de humedales artificiales para gestión hídrica natural y lograr la depuración de aguas residuales y su posterior utilización en los meses más secos.

El gerente de Bodegas Robles, Francisco Robles, explica que el uso del agua “no puede ser lineal, el compromiso es evaluar qué otro uso puede tener”. Así, en sociedad con Ecolagunas, empresa cuyo objetivo primordial es “el tratamiento de las aguas una vez son utilizadas, para poder verterlas de nuevo al medio sin causar daños o reutilizarlas en otro proceso”, han diseñado un humedal artificial para el viñedo para que ciertas plantas acuáticas reproduzcan el mismo proceso que realizan de manera natural en zonas más húmedas.

Además, el proyecto, que está en fase piloto, prevé la construcción de una depuradora de agua para filtrar las impurezas y almacenarla para los periodos más fuertes de sequía por las condiciones climáticas tan extremas sufridas en el sur de España. El presupuesto asciende a 40.000 euros, y estima un espacio total necesario de 375 metros cuadrados, entre arquetas de control y regulación (depósitos), tanque séptico, pozo de bombeo, espacio perimetral de acceso y el propio humedal, para el que buscan financiación a través de este proyecto piloto.

La empresa se diferencia de sus competidores por la elaboración de vinos orgánicos que cuentan con todas las certificaciones de la producción ecológica, libres totalmente de residuos químicos. Pero esta no es la única acción que el modelo de vinicultura ecológica de Bodegas Robles realiza en pos de lograr un modelo agrícola donde la naturaleza genere todos los recursos que necesitan y, además, le sean devueltos.

Francisco Robles en el viñedo. Francisco Robles en el viñedo.

Francisco Robles en el viñedo. / Juan Ayala

En CO2 Consulting evaluaron la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que se producen al utilizar “la botella del vino” de Bodegas Robles. Desde la consultora explican que los vinos considerados para el estudio han incluido vinos blancos sin crianza, vinos blancos con crianza, vinos tintos y vinos pedro ximénez.

El análisis comparativo demuestra que el envase supone en términos medios un 51,43% del total de la huella de carbono, mientras que la distribución supone un 5,05%. De esta manera puede establecerese que las emisiones evitadas por el concepto de la “botella del vino”, suponen un ahorro, en términos medios, de 500,83 gramos de CO2 por litro de vino.

Al respecto, Robles explica que “mientras podamos calcular las emisiones de CO2 sabremos en qué estamos contaminando y podremos tomar acciones para resarcir el daño y el impacto medioambiental que generamos”.

Bodegas Robles es también pionera en la revalorización de los residuos que se generan de la vid. Así, además del lanzamiento de Piedra Luenga, la gama de vinos orgánicos certificados, las salsas, gelatinas y vinagres que producen, trabajan actualmente en el proyecto Cómete el Vino, con el que plantean qué otra parte de la vid se puede aprovechar y hacer recetas también con la hoja, que tienen todas características muy particulares.

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